El presidente ucraniano Volodímir Zelenski denunció que fue bombardeado un hospital infantil y de maternidad en la ciudad de Mariupol, al sur de Ucrania; autoridades reportaron al menos 17 personas heridas. No se reportaron niños afectados por el incidente.
Por medio de su cuenta de Twitter, el mandatario ucraniano escribió que esto fue un ataque directo de las tropas rusas al hospital de maternidad. Hay personas, niños bajo los escombros. ¡Atrocidad! ¿Cuánto tiempo más será el mundo cómplice ignorando este terror? Cierren el espacio aéreo ya”.
Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar regional de Ucrania en Donetsk, un área ocupada por separatistas prorrusos desde 2014, dijo que la sala de maternidad, la sala de niños y la sala de terapia del hospital quedaron destruidas por el ataque aéreo.
“En el centro de la ciudad, hospital, sección maternal y cuidados, todo esto ha quedado destruido en un ataque aéreo ruso en Mariúpol. Ahora mismo. El piloto ruso, que probablemente no dude en llamarse hombre, volvió a apretar el botón, sabiendo exactamente dónde volaría la bomba”, escribió en Facebook.
“Rusia ha traspasado el límite de las relaciones inadmisibles entre Estados y pueblos. ¡Deja de llamarte humano!, ¡Dejen de llamarse seres humanos”, agregó el político ucraniano.
En un comunicado emitido en Facebook, el gobierno ucraniano indicó que «las fuerzas de ocupación rusas han lanzado varias bombas sobre el hospital infantil. La destrucción es colosal».
Los hechos ocurrieron en medio de una tregua pactada para la evacuación de civiles de varias zonas afectadas por los bombardeos.
La ONU ha señalado que hasta ahora, desde que inició el conflicto con Rusia, al menos 500 civiles han muerto y que más de dos millones de personas han sido desplazadas, entre ellos un millón son niños, obligados a abandonar sus casas en Ucrania para resguardarse de los ataques.
La mayoría de los que huyen de la guerra han entrado en países en la frontera occidental de Ucrania, como Hungría, Polonia, Eslovaquia, Rumania y Moldavia. La mayoría han ido a Polonia, a donde han llegado 1.33 millones de refugiados, según la agencia polaca de fronteras.