En salud pública, los grandes cambios suelen nacer en espacios sencillos: un consultorio de primer nivel, una clínica de barrio o un centro de atención primaria. Ahí se define si una enfermedad se previene, se detecta a tiempo o si se convierte en una carga crónica.
Esta semana se cruzaron dos hitos que marcan el rumbo de la salud, tanto a nivel local como internacional. En Jalisco, el gobernador y la rectora de la Universidad de Guadalajara, anunciaron la creación de la Red de Hospitales Escuela, un proyecto que articula la formación universitaria con la atención directa, acercando a estudiantes a la práctica clínica y fortaleciendo la cobertura de servicios. Se trata de una apuesta que no solo eleva la calidad de la enseñanza médica, sino que consolida un vínculo más estrecho entre salud y educación.
De manera paralela, en Washington, los ministros de salud de las Américas reunidos en el sexagésimo segundo Consejo Directivo de la OPS/OMS trazaron las prioridades regionales para los próximos años. El mensaje fue contundente: ningún sistema de salud será resiliente ni equitativo si no coloca a la Atención Primaria en el centro de su estrategia.
Es precisamente aquí donde los anuncios locales y la agenda internacional se entrelazan. Los hospitales escuela constituyen un paso histórico para formar médicas, médicos, enfermeras y especialistas con experiencia real de campo. Pero para que esa formación se traduzca en transformación social, resulta indispensable fortalecer los Centros de Atención Primaria para la Salud (CAPS). Son estos espacios los que previenen, detectan a tiempo, acompañan al paciente y construyen la confianza comunitaria. Los CAPS representan el puente entre las aulas y la vida cotidiana, entre el conocimiento y la prevención.
La Red de Hospitales Escuela y una sólida base de centros de primer nivel no son alternativas en competencia, sino engranajes complementarios de un mismo sistema. Una atención hospitalaria fortalecida requiere, necesariamente, de un primer nivel de atención bien equipado, con personal suficiente y enraizado en la comunidad.
El anuncio en Jalisco y las resoluciones de la OPS nos ofrecen una oportunidad única: Alinear agendas para demostrar que la salud comienza desde lo cercano, en el primer contacto, en la consulta inicial, en la comunidad que confía en su centro de salud .
La lección es clara: invertir en atención primaria no es un gasto, es la estrategia más inteligente y sostenible para asegurar un futuro más saludable para todas y todos.