Tras 26 años de trabajo, Adrián es uno de los pepenadores del vertedero Laureles, que se han quedado sin trabajo.
El jueves pasado el día de trabajo fue distinto, pues ante el inminente cierre del vertedero, ubicado en los límites de Tonalá y El Salto, su situación se complica, al ser el único sustento de su familia.
Historia parecida Martín, quien tiene cinco hijos y lleva 15 años trabajando en el vertedero. Ahora sus ingresos han bajado en un 20 por ciento, desde la pandemia.