A sus siete años, Jaime Ortega, salió de casa, posteriormente tuvo un accidente, perdió la memoria y no ha vuelto a ver a sus familiares desde hace 32 años.
Un auto lo atropelló y una operación en la cabeza limitó su memoria. Afortunadamente una familia lo adoptó e hizo una vida. Al día de hoy, Jaime tiene un hijo y quiere reencontrarse con sus abuelos y hermanos para presentarlos a su hijo.
Una casa de fachada blanca es lo que él recuerda y ahora recorre barrios de la ciudad en busca de su familia, por lo que pide ayuda para poder dar con ellos.