Castañeda expuso la problemática ante la Secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, quien sostuvo este viernes una reunión con legisladores y legisladoras federales en el Pleno del Senado de la República.
“Hay al menos tres temas que tendrían un alto impacto no sólo para México, sino para la relación bilateral entre nuestros países. En primer lugar, el potencial daño ambiental que traería esta reforma al frenar el desarrollo de energías limpias en México y concentrarse en el mantenimiento de plantas contaminantes de la Comisión Federal de Electricidad, las cuales en su mayoría tienen más de 30 años de antigüedad y casi el 50% de su capacidad de generación de energía se hace con altos costos y con combustibles perjudiciales al medio ambiente y la salud”, expresó Castañeda.
El senador abundó que con esta reforma México se convertiría en un obstáculo para los esfuerzos de mitigación del cambio climático y se vería en entredicho el compromiso de la nación mexicana para la reducción de emisiones.