La oficina en México del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU condenó el crimen de los sacerdotes jesuitas asesinados en Chihuahua.
“El asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes nos recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua”, denunció Guillermo Fernández-Maldonado, representante en México de la ONU-DH.
La oficina de la ONU resaltó que ambos religiosos
realizaban trabajos de apoyo social y pastoral entre los indígenas de la etnia tarahumara en la zona.
Tanto los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados el lunes en la localidad de Cerocahui mientras intercedían por un supuesto guía de turistas que buscaba refugio y también fue asesinado.
Analistas han señalado que la sierra de Chihuahua es ruta de trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Por su parte, el martes en la conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que varios municipios de la sierra de Chihuahua padecen “bastante presencia de la delincuencia organizada”.