Francisco conmemoró el Día de los Pobres de la iglesia católica invitando a cientos de pobres y personas sin hogar y migrantes al Vaticano para una misa y comida especial.
Además, denunció la indiferencia que les muestra el mundo, como a palabras de él, los “profetas de la desventura” que alimentan el miedo y las conspiraciones sobre ellos para beneficio personal.
“No, no nos dejemos seducir por los cantos de sirena del populismo, que instrumentaliza las necesidades del pueblo proponiendo soluciones demasiado fáciles y apresuradas”, dijo Francisco.