Las variantes BQ.1 y BQ.1.1 son conocidas como “Perro del Infierno“, en referencia a Cancerbero, el perro de Hades. En el documento se explica que BQ.1 desciende de la BA.5, la cual fue una de las variantes del virus SARS-Cov-2 con mayor presencia a nivel mundial: ómicron. Su aparición se reportó por primera vez en Nigeria, en julio del 2022 y se ha propagado por 65 naciones.
Gracias a la vigilancia genómica, se detectó su presencia en la Ciudad de México y Querétaro, y aunque la cantidad de genomas reportado es bajo, es probable que exista un incremento en el número de casos asociados, tal y como se observó en EE.UU. y Europa.
BQ.1 ha causado preocupación por su rápida propagación; por ejemplo, en los Estados Unidos ocupó aproximadamente el 17 por ciento de las secuencias obtenidas en tan solo un mes.
“En la actualidad no existen datos epidemiológicos que indiquen una mayor gravedad de la enfermedad”, señaló el Conacyt.