El presidente Volodimir Zelenski contradijo el miércoles las versiones de Estados Unidos y la OTAN que atribuyeron el proyectil a un disparo de la defensa antiaérea ucraniana.
El misil mató a dos hombres en un pequeño pueblo polaco a seis kilómetros de la frontera con Ucrania.
El incidente hizo temer inicialmente una escalada bélica, ya que Polonia, miembro de la OTAN, está amparada por el compromiso transatlántico de defensa colectiva.
Pero rápidamente la tensión se calmó, con las primeras investigaciones polacas, afirmando “no hay indicios de que se trate de un ataque intencionado contra Polonia”.
Pese al resultado de estas investigaciones, el gobierno estadounidense afirmó que no exime a Rusia de su “responsabilidad” por los bombardeos masivos que lleva a cabo en Ucrania desde el 24 de febrero.
Moscú, por su lado, se congratuló por la reacción de Washington que calificó de “comedida”.