Para convertir finalmente el aborto en un derecho constitucional, el Senado debe aprobar sin cambios la propuesta de los diputados, que a continuación se sometería a un referéndum, al tratarse de una iniciativa parlamentaria; pues cabe señalar que el aborto fue despenalizado en Francia en 1975 por una ley promovida por Simone Veil, icono de la emancipación femenina y superviviente del Holocausto.