Los presidentes de Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, mostraron el jueves una buena sintonía, comprometiéndose a apoyar a Ucrania “el tiempo que sea necesario”, a “coordinarse” frente a China y a superar sus discrepancias “alineando” posiciones.
Sobre China se comprometieron a “coordinar” la respuesta frente al “desafío” que plantea el país, sobre todo en materia de derechos humanos, y a trabajar juntos con el coloso asiático “en temas globales importantes como el cambio climático”.
Para intentar dinamizar la industria, ayudar a la clase media y plantar cara a Pekín, el presidente estadounidense aprobó un gigantesco programa de inversión, la “Ley de Reducción de la Inflación”, que prevé subsidios, como por ejemplo a los coches eléctricos, siempre y cuando sean fabricados en Estados Unidos.
Macron calificó estos subsidios de “súper agresivos” por su temor a que pongan en peligro los proyectos europeos de energía verde y recuperación industrial.
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