Los líderes chinos parecen determinados a seguir adelante con la apertura y las autoridades turísticas de Pekín dijeron el martes que van a reanudar las visitas en grupo dentro y fuera de la capital.
Pero el país se enfrenta a un estallido de casos para cuya gestión está poco preparado, con millones de ancianos todavía sin la pauta de vacunación completa y unos hospitales infrafinanciados sin recursos para lidiar con un flujo inesperado de pacientes infectados.
Con el país tomando un camino complicado hacia la convivencia con el virus, muchos con síntomas optan por autotratarse en casa