La mayoría de Morena y sus aliados en el Senado de la República consiguió cambiar la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), que, según consejeros electorales, pone en riesgo la elaboración del padrón, el conteo de votos y la fiscalización de gastos, entre otras actividades centrales del sistema democrático nacional.
La reforma aprobada reduce el Servicio Profesional Electoral y fusiona la estructura del INE y los Organismos Públicos Locales (Oples).
Cabe destacar, que de acuerdo con un diagnóstico difundido por los once consejeros del órgano electoral, el denominado “Plan B” elimina la estructura permanente subdelegacional del INE y reduce al mínimo el Servicio Profesional Electoral.
Además, al menos 2 mil 175 empleados del Servicio Profesional serán despedidos, cuando las juntas distritales pasen de permanentes a temporales. Esto representa el 84.6% de las plazas. Además, saldrán otros 2 mil trabajadores administrativos.
Durante el desarrollo, Morena sumó a los legisladores del PT, PVEM y PES, con 69 votos a favor frente a 53 votos en contra de la oposición, que incluía el del coordinador morenista, Ricardo Monreal, y el del presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, Rafael Espino.
También, el senador Clemente Castañeda, coordinador de Movimiento Ciudadano, afirmó que el propósito del “Plan B” es “desmantelar en su conjunto el sistema electoral enfocando las baterías en el árbitro electoral.
César Cravioto, de Morena, alegó que la reforma busca acabar con los privilegios de grupos de interés, y dejó pañuelos en la tribuna en señal de que sus opositores se limpiaran las lágrimas.
René Miranda, director del Registro Federal de Electores del INE, presentó su renuncia al cargo, con el argumento de que la reforma impactará en la supervisión del padrón electoral.
Señalan que por haber votado a favor del llamado “Plan B” electoral, el PT y PVEM recibieron a cambio la llamada “cláusula de vida eterna”, que garantiza la supervivencia de ambos partidos a través de la transferencia de votos.