La encargada de armas de la película, Hannah Gutierrez-Reed, responsable del revolver, también será acusada. Según el sindicato de actores, los estatutos vigentes en la industria asignan la responsabilidad de las escenas de tiro a “un armero calificado”, quien debe, en particular, “inspeccionar el arma de fuego y el cilindro antes y después de cada disparo” y “verificar todas las armas de fuego antes de cada uso”.
Baldwin de 64 años, ha afirmado en repetidas ocasiones que el equipo le dijo que el arma no estaba cargada. También ha declarado que no apretó el gatillo, aunque los expertos han puesto en duda la afirmación.
Si son declarados culpables, ambos enfrentan hasta 18 meses de cárcel y una multa de 5 mil dólares.
El abogado de Baldwin, Luke Nikas, prometió impugnar la acusación, que calificó de “terrible error judicial”.