Bobi, el perro más viejo del mundo, ha muerto a los 31 años de edad en su casa de Conqueiros, una pequeña población cercana a la costa portuguesa. Así lo confirmó este lunes Récord Guinness, la autoridad mundial en el reconocimiento de logros, que ya le había distinguido por su longevidad en febrero.
Leonel Costa, su dueño, solo tenía ocho años cuando conoció a Bobi. “Por desgracia, en aquella época era considerado normal por las personas mayores que no podían tener más animales en casa”, recoge así el sitio de Guinness su testimonio.
El perro fue registrado en 1992 en el Servicio Médico Veterinario de Leiria, Portugal. Era un mastín del Alentejo de pura raza, cuya esperanza de vida oscila entre los 12 y los 14 años, según Guinness. Ha batido todos los récords.
Fue el sucesor de Spike, un chihuahua de 23 años reconocido como el perro más longevo con vida. También ha superado otra cifra histórica, la alcanzada por Bluey, un pastor australiano que nació en 1910 y vivió hasta los 29 años.
Costa compartió cuál podría ser la “receta” para la excepcional supervivencia de su mascota. “Buena nutrición, contacto constante con la naturaleza, libertad para descubrir su entorno, atención veterinaria consistente y amor”. Bobi nunca estuvo atado.
El canino solo tuvo un problema de salud grave en 2018, cuando fue ingresado con dificultades respiratorias, pero los síntomas remitieron y volvió a encontrarse bien. Antes de su muerte, sí tenía problemas para caminar y su vista se había deteriorado.