Los enfrentamientos entre Israel y el Hezbolá libanés, aliado del movimiento islamista palestino Hamás, han ido en aumento en la frontera tras el ataque que Hamás lanzó en territorio israelí el 7 de octubre, provocando desde entonces la muerte de más de 1.400 personas, la mayoría civiles.
Israel respondió con una campaña de bombardeos en la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, donde ya han muerto más de 5.000 palestinos, en su mayoría civiles.
Del lado israelí de la frontera con Líbano también ha habido evacuaciones, a medida que aumentan los intercambios de disparos transfronterizos, que han hecho temer un conflicto más amplio.
El domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que Hezbolá cometería el error de su vida si va a la guerra contra Israel, y que las consecuencias serían devastadoras para el Líbano, un país ya sumido en una crisis socioeconómica sin precedentes.