Los gobiernos del presidente Andrés Manuel López Obrador y el de Guerrero informaron este jueves que al menos 27 personas murieron y cuatro más se encuentran desaparecidas debido al impacto del huracán “Otis“, que también dejó múltiples daños, derrumbes, inundaciones y deslaves en Acapulco.
Isaías Leonel Nava Rojas es parte del primer saldo trágico de 27 víctimas, el pequeño tenía seis años de edad y murió en su casa de la colonia CNC, una de las más pobladas del municipio, al quedar sepultado por un derrumbe de lodo cuando el ciclón pegaba con su máxima intensidad.
Su mamá, Ángela Rojas Sacristán, relata que se encontraba sola en su casa —hecha de madera— e intentó salvarlo, pero sólo logró resguardar a Abraham, su hijo más pequeño. “Quedó atrapado entre lodo y tierra, ya no lo pude salvar”.
Como los papás del niño se quedaron sin nada, el velorio se realizó en una casa de la colonia Voz de la Montaña que les prestaron para resguardarse. Ángela relata que su hijo estaba contento porque esta semana iba a participar en un baile típico de la Montaña de Guerrero, en la escuela Otilio Montaño de la colonia Zapata, en la que cursaba el primer año.
“Ya le habíamos comprado su sombrero y traje. Iba a bailar y estaba contento porque ya iba a la primaria, ingresó apenas en agosto”, dice la joven, quien resultó herida en el pómulo izquierdo.
El féretro del menor fue llevado en una camioneta del transporte público, con globos blancos, hasta el Panteón Sinaí, en la parte alta del puerto de Acapulco.
Alma Rosa Rodríguez Reyes, abuela de Isaías Leonel, recuerda que su nieto estaba feliz, muy contento en su casa, en la que jugaban con su hermano Abraham.
Al llegar al cementerio ya había otros menores que también fueron víctimas de Otis esperando ser sepultados. Eran Rodolfo Said Reyes Cristino, de cinco años; José Guadalupe Guerrero, de 10 años, y Jesús Antonio Mujica Cristino, quien iba a cumplir dos años.
Los tres fallecieron al ser aplastados mientras dormían.
“Los niños quedaron enterrados y yo también; a mí me pudieron sacar, pero a ellos no porque estaban más allá de la cama”, señala la madre de los tres menores, Jesús Natividad Mujica Flores, mientras alistaba la fosa para enterrar a sus hijos.
Lucía Fabiel López, abuela de los menores, afirma que fueron al Ministerio Público, pero no la apoyaron para el acta de defunción y todos los gastos han sido de la familia.
Son algunas de las víctimas de la tragedia en Acapulco, que hoy entierra a sus muertos, solos, sin apoyo de las autoridades y, en algunos casos, sin ningún registro o papel; Otis lo destruyó todo.