Más de medio millón de hogares sin luz en Francia y unos vientos huracanados que avivan un incendio forestal descontrolado en España ha dejado este gigantesco ciclón extratropical, el más virulento de los últimos tiempos en Europa Occidental.
Ciarán ha mantenido en alerta durante dos días a media docena de países, ha causado decenas de heridos y ha obligado a cancelar cientos de vuelos y a suspender o modificar servicios ferroviarios.
La tormenta se ha descargado con furia en el norte y centro de Italia, sobre todo en la región de Toscana, donde la situación es de extrema gravedad, hasta el punto de que está previsto que el Consejo de Ministros que celebrará el Gobierno italiano anuncie el estado de catástrofe nacional.
Los efectos de la borrasca se expanden desde Islandia hasta el sur de España, con riesgo de extenderse al centro de Europa. Su intensidad se debe a una ciclogénesis explosiva, un fenómeno que se da cuando la intensificación de un sistema de bajas presiones se produce de forma extraordinariamente rápida.