
El planeta se encamina hacia un calentamiento de 2,5 a 2,9° C para 2100, cerca del doble del objetivo ideal y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió tomar medidas drásticas unos días de la conferencia del cambio climático, COP28.
En el informe anual de emisiones de gases de efecto invernadero del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) insta a las naciones del G20, responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones, a que aceleren su transición energética.
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Según el Acuerdo de París, los países deben presentar planes de reducción de emisiones cada vez más amplios, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o NDC. Y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente recomienda que sean más ambiciosas y que se actualicen de aquí a 2025.

«La respuesta al Balance Mundial debe encender la mecha de una explosión de ambición en 2025. Debe alinearse con lo que la ciencia nos dice que es necesario. Debe establecer planes para aumentar masivamente la ambición y la inversión en adaptación. Debe comprometerse con un aumento de la financiación y la cooperación, y debe establecer expectativas para planes climáticos nacionales más ambiciosos y detallados, es decir, planes nacionales con objetivos claros para 2030 y 2035, que se alineen con 1,5 grados, que abarquen toda la economía y que tracen un rumbo para acabar con los combustibles fósiles.»Secretario general de la ONU
La temperatura media del planeta ya está 1,2 ºC por encima de la que tenía en la era preindustrial.
Y para que en 2030 la temperatura se mantenga por debajo de los 2 ºC, las emisiones globales deberán ser un 28% menos a lo que sugieren las políticas actuales y un 42% inferiores para alcanzar el límite más ambicioso de +1,5 ºC.
