De acuerdo con las estimaciones más recientes del Migration Policy Institute, la población de inmigrantes indocumentados presente en Texas sumaba alrededor de mil 73 millones de personas en 2019 de los que dos terceras partes -alrededor de 1 millón 100 mil personas- serían nacionales de México.
Organizaciones a favor de los derechos civiles y legisladores demócratas alertaron por potenciales actos de discriminación, principalmente contra la población hispana en Texas, que representa 11 millones de los casi 30 millones de habitantes.
“La Ley SB4… probablemente llevará a violaciones masivas de los derechos civiles en todo nuestro Estado. En un momento de creciente violencia anti-hispana, esta Ley coloca un blanco en la espalda de cualquier persona que las autoridades perciban como migrante”, dijo el congresista demócrata Joaquín Castro.
El gobierno de México advirtió este martes que se negará a recibir a migrantes, así sean de nacionalidad mexicana, que las autoridades del estado de Texas busquen expulsar de Estados Unidos amparadas en una polémica ley que ahora les permite detener a extranjeros sin documentos.
“México no aceptará, bajo ninguna circunstancia, repatriaciones por parte del estado de Texas”, medida que aplicará incluso a “ciudadanos mexicanos”, informó la cancillería.