Por allá en la Legislatura 58 de Jalisco (2007-2010) se derrochó en la compra de un edificio en Avenida Juárez 237, en pleno Centro tapatío. Jamás se sostuvo que era necesario, pero la Comisión de Administración presidida por el entonces priista Jorge Arana Arana avaló la compra a sobreprecio del inmueble en 50 millones de pesos.
Luego, los integrantes de la 59 Legislatura (2010-2013) destinaron otros 50 millones de pesos para su mantenimiento en el primer año. El chiste se cuenta solo: compras a sobreprecio y luego inviertes otra cantidad similar a lo que costó la torre para darle una rehabilitación.
Desde entonces, el inmueble está subutilizado y se convirtió en un barril sin fondo, con un gasto millonario, con cargo al erario estatal. A los impuestos de los jaliscienses.
Para demostrar que fue un gasto inútil, en 2013, los diputados y las diputadas pretendían la venta del edificio, que en ese entonces se estimó en 60 millones de pesos. Y viene otro chiste: en dos años invirtieron 100 millones de pesos y, aunque los valores de los inmuebles siempre muestran una tendencia alcista en la Zona Metropolitana de Guadalajara, pretendían perder 40 millones en sólo dos años. ¿Sanciones contra alguien por tomar malas decisiones? Jamás.
En 2019, el edificio se pretendió vender de nueva cuenta, pero no se consumó el proyecto. En ese entonces, el valor era de 73.9 millones de pesos. Y dejó de ser noticia, pero continuó subutilizado.
Sobre el tema hay dos actualizaciones. La primera es que el Congreso de Jalisco gasta alrededor de 11 millones de pesos cada año para darles mantenimiento y conservación a sus dos edificios: el de la Avenida Hidalgo (donde están los legisladores y el pleno de sesiones) y el de la Avenida Juárez. La segunda es que hay una partida millonaria adicional para remodelar los dos inmuebles.
Sobre el último punto, en octubre de 2023, la Comisión de Administración y Planeación Legislativa autorizó la ampliación del contrato para una rehabilitación y adecuación de los dos edificios, con un total de 35 millones de pesos. Pero además de esa cantidad, ahora se suman otros 10 millones de pesos que se están destinando para el primer piso de la torre de Juárez.
El problema es que las obras siguen inconclusas y los elevadores están fallando, por lo que viene otra compra antes de terminar la Legislatura en octubre próximo.
Hay muchas preguntas para los integrantes de esa Comisión legislativa.
Por lo pronto, a la espera de sus respuestas, porque sobran las señales de que hay un “Año de Hidalgo”.