La cita llegó. El esperado debate entre Kamala Harris y Donald Trump aumentó las revoluciones en la carrera por la Casa Blanca. El encuentro estuvo a la altura de las expectativas. Quedaron en claro las dos posiciones con respeto a lo que cada uno haría en caso de llegar a la Oficina Oval. Incluso en política exterior, donde republicanos y demócratas suelen ir en la misma dirección, mostraron diferencias de miras sobre la invasión de Rusia a Ucrania y el genocidio de Israel sobre la población en Gaza. Lo mismo sucedió en economía, migración, energía, salud, costo de la vida y empleo.
A lo largo del debate, Harris llevó a Trump a un terreno incómodo que mostró la incompetencia del republicano y potenció las mentiras que suele lanzar en sus discursos. Kamala siguió a pie juntillas su estrategia entrenada en un hotel de Pittsburgh durante siete días y evitó engancharse en las peroratas de Donald que al paso de los minutos se fueron enredando en sus mentiras. Además, Harris marcó claramente una línea divisoria entre ella y el presidente Joe Biden.
Trump de manera sistemática buscó reducir todos los temas a la inconveniencia para Estados Unidos de recibir a miles de migrantes (10 millones dijo el republicano). En su desesperación, incluso aseguró que los migrantes están “robando” y “comiendo” mascotas, además de incrementar los niveles de delincuencia del vecino del Norte. Insistió en que están cruzando a la Unión Americana delincuentes, enfermos mentales, narcotraficantes y que se están quedando con los empleos de los estadunidenses. Sin duda, el republicano perdió el control que lo llevó a mecerse en un péndulo discursivo que no logró enganchar a la mayoría de la audiencia. De hecho, el que haya hablado 43 minutos frente a los 38 de Harris terminó favoreciendo a la demócrata.
Los grandes ausentes fueron los migrantes. Se habló poco de ellos y lo que se dijo fueron mentiras. No se abordaron posibles proyectos para regularizar su estancia y mejorar sus condiciones de vida. Seguramente esto se debe a que los votantes latinos que acudirán a las urnas ya cuentan con “los papeles” necesarios para hacerlo, en tanto, los “sin papeles” están imposibilitados para ello, y bajo esta lógica no consideraron que fuese importante tomarlos en cuenta.
Por lo regular en los debates es complicado dar a un ganador, sin embargo, en esta ocasión las encuestas levantadas mostraron una amplia preferencia a la actuación de Kamala, quien en promedio obtuvo 25 puntos porcentuales sobre Trump según las encuestas levantadas al final del encuentro.
Al final, el debate nos dejó a una Kamala Harris más fuerte y segura de su proyecto de nación, y a un Donald Trump desencajado por sentirse arrinconado para confrontar ideas que en todo momento rechazó. Sea como sea, si el republicano sale airoso de este debate y mantiene el respaldo de sus votantes podremos decir que tendremos un final de fotografía el 5 de noviembre.
X: @contodoytriques