Los gigantes del petróleo y del gas financian el deporte mundial por valor de 5 mil 600 millones de dólares en el marco de 205 acuerdos de patrocinio, según un estudio publicado este miércoles por la asociación New Weather Institute, que denuncia un ‘sportswashing’ o lavado de imagen con el deporte.
Según dicho estudio, denominado “El dinero sucio: cómo los patrocinios de las empresas de combustibles fósiles contaminan el deporte”, el futbol, los deportes mecánicos, el rugby y el golf son los más esponsorizados con apoyos de grupos como Aramco (1.300 millones de dólares), Ineos (777 millones de dólares), Shell (470 millones de dólares) o TotalEnergies (340 millones de dólares).
Los Estados petroleros de Oriente Medio ganan cada vez más posiciones en la financiación del deporte, lamentan los autores de este estudio publicado al término del un verano boreal que ha sido el más cálido jamás registrado en el planeta Tierra.
Para concluir sus resultados, los autores investigaron todos los acuerdos firmados en el deporte por empresas ligadas a los combustibles fósiles, que a menudo emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
Así, fueron identificados 205, de los que sólo 41 precisan el montante total.
Para llenar el vacío ante el difícil acceso a los datos, los autores realizaron estimaciones sobre la base de comparaciones con acuerdos similares cuyos montantes sí se conocen para la misma categoría deportiva o de otros sectores (electrónica, alcohol, transportes) a partir de la base de datos SportBusiness y de fuentes accesibles al público.
El mundo del deporte no es ajeno a las cuestiones relativas al impacto de esta actividad en el recalentamiento global.
Símbolo de ello, en 2023, TotalEnergies, patrocinador del Mundial de rugby, se mostró, por ejemplo, de forma discreta en las zonas de aficionados en París. El grupo ya había renunciado en 2019 a ser patrocinador de París-2024, después de un correo de la alcaldesa Anne Hidalgo al comité organizador de los Juegos (COJO).
La contaminación del aire debida a los combustibles fósiles” y a las condiciones climáticas extremas “amenazan incluso el futuro de los deportistas, de los aficionados y de eventos que van de los Juegos Olímpicos de invierno a las Copas del Mundo. Si el deporte quiere tener un futuro, debe librarse del dinero sucio de grandes contaminantes y cesar de promover su propia destrucción”, declaró Andrew Simms, codirector del New Weather Institute, en un comunicado de prensa.