El año 1824 fue muy importante en nuestro devenir histórico. En próximos artículos abundaré particularmente en lo que implicó ese periodo, corto pero muy complejo, entre la caída de Agustín de Iturbide y la promulgación de la Constitución de la República federal de los Estados Unidos Mexicanos, entre otras cuestiones relacionadas con la época fundacional de México.
En esta ocasión me referiré a un tema prácticamente desconocido pero estrechamente vinculado primero, con Jalisco; segundo, con el pensamiento ilustrado de aquellos años, los conceptos modernos de nación, república y federalismo por ejemplo; y, tercero, con la publicación de periódicos que tenían como propósito instruir, ofrecer luces justo sobre estos aspectos.
Resulta que desde 1823 más o menos, había llegado a México un joven francés llamado Pierre Lissaute, identificado también como Pedro Lisot (el apellido escrito así por la forma en la que se pronunciaba en su lengua) muy probablemente atraído por las invitaciones a extranjeros que no fueran españoles para asentarse en el país que nacía, pero también porque conocía por lo menos, corrientes educativas que estaban en boga en Europa como el método lancasteriano.
Pues este joven no sólo propuso la apertura de una escuela con ese método a los regidores del Ayuntamiento de Guadalajara sino que fue editor y escritor de un periódico justo en 1824 (en años sucesivos publicó otros): La Fantasma. Durante mucho tiempo se creyó que ningún ejemplar había sobrevivido. Se sabía de su existencia por las referencias en otros periódicos que sí llegaron hasta nuestros días, sin embargo, hace algunos años se encontró una colección casi completa en un archivo de la Ciudad de México y es material sumamente valioso e interesante porque confirma que había libertad de imprenta en la época y en su contenido resume el tiempo nuevo, sin identificarlo como tal, que se vivía en aquellos años del México naciente; así como las fuerzas ideológicas contrastantes y enfrentadas que fueron protagonistas de los primeros tiempos.
¿Por qué Jalisco? Porque por alguna razón desconocida el francés decidió asentarse en Guadalajara después de una breve estancia en Nueva Orleans a donde llegó de su natal Pau, Francia. De alguna manera entró en contacto con personajes históricos como Juan de Dios Cañedo, jalisciense, senador y luego canciller; con Vicente Guerrero más tarde y, antes, con Prisciliano Sánchez, quienes realmente se convirtieron en sus protectores, entre otros como Lorenzo de Zavala.
También Jalisco porque aquí se asentó, propuso la escuela, publicó La Fantasma y otro periódico del que no se conserva ningún ejemplar, no que se sepa hasta ahora, El Tribuno; y porque en Guadalajara se casó con Rosa de Híjar y tuvieron un hijo: Lorenzo Emilio Lissaute de Híjar. Nada de lo que hizo en su corta vida se desvinculó de Jalisco al grado de que se ostentaba no como mexicano, sino como jalisciense.
Lissaute era un claro ejemplo de las ideas ilustradas vigentes y dinámicas en la época, las nacidas en el seno de la Revolución francesa: democracia, república, soberanía popular, ciudadanos… Y él, a través de los periódicos, particularmente de La Fantasma, se dedicó a promover estas ideas.
Este impreso se anunció desde 1823, muy probablemente en diciembre; y el primer número apareció en enero, es decir, vivió directamente el proceso que implicó, primero, la promulgación del Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, que fue el 31 de enero de ese año y luego, después de meses de trabajo intenso en el Congreso Constituyente, las discusiones en torno a la Constitución federal de los Estados Unidos Mexicanos.
Pierre Lissaute escribió, muy temprano hace 200 años, lo siguiente (conservé la redacción y ortografía originales):
A LOS HABITANTES DE XALISCO
Y a todos los ciudadanos de los estados libres del Anahuac,
amantes de la República, federada.
Conciudadanos, estad persuadidos que todos los que no son decididos republicanos federados, son vuestros enemigos. Estos enemigos son de dos partidos, Borbonistas, é Iturbidistas. Estos partidos se reunirán infaliblemente tarde ó temprano, porque su fin es el mismo; esclavizaros. Existan partidarios de la tirania, todos estamos convencidos de esta verdad y debemos todos concurrir en quitarles los medios de dañarnos. En nuestra mano está no dejar dividir la opinion… Debíamos sin duda independernos, dicen los Iturbidistas, pero debíamos conservar al Emperador, un monarca nacido nuestro compañero de esclavitud, tenia interes en conservar nuestra independencia; el era el libertador del Anáhuac, y ningun prémio bastaba para pagar tamaño servicio. Los Borbonistas andan diciendo en todas partes que las Américas no pueden mantenerse independientes, y que vale mas depender de la España que de cualquiera otra Nacion, por una conformidad de religion, de costumbres y de lenguaje (como si fuera una buena razon para ser esclavo de otro, el gastar un mismo trage)…
Esto lo publicó el día 24 de enero, es decir, una semana antes de la promulgación del Acta Constitutiva. Y después, en febrero, escribió lo siguiente:
Sí, conciudadanos; está constituida la República, y sois perfectamente libres de toda voluntad particular. Si un individuo cualquiera quisiese exigir obediencia á sus ordenes sin presentaros la voluntad general escrita, esto es una ley terminante, teneis el derecho de rechazarlo como á un reo de Lesa-Nacion. Jurando una Constitucion republicana, habeis jurado que nadie tendrá jamas entre nosotros una voluntad si no es con la ley en la mano.
[…]
Ciudadanos de Xalisco: habeis triunfado; y teneis ya asegurada la forma de Gobierno que tanto habéis deseado, la Acta Constitutiva tiene defectos, pero la mayor parte provienen de las circunstancias. Tendremos lugar de enmendarlos y esclarecer algunos principios oscuros, antes que se sanciona la Constitución definitiva. La Acta Constitutiva tiene defectos, pero la conservación de la República pide que se cumpla puntualmente; y ya que Xalisco tiene una preponderancia decisiva en la opinión, es preciso que dé el ejemplo de la obediencia á la Constitucion al mismo tiempo que procure hacer patentes sus defectos.
Emblemático, actual, muy significativo, para reflexionar. Y fue hace 200 años…