Ya todos nos acostumbramos a ver el Ejército en las calles, ya sean elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Marina o incluso de la Guardia Nacional. Ésta última ha sido la más defendida por parte del gobierno federal desde el 2018, como la que iba a acabar con los problemas de inseguridad en el país, por lo cual se dejaron de aportar un sinnúmero de recursos a los Estados y municipios.
La Guardia Nacional recibiría esos recursos y bajo un “mando civil”, dirigiría a México a una etapa de paz y prosperidad.
Ya nos encontramos en 2024, ya termina el período de gobierno del presidente López Obrador y lejos de tener un mejor país, al menos en el tema de la seguridad, nos encontramos con una Guardia Nacional que no ha resuelto los temas relacionados con la seguridad, ya que el 74% de los ciudadanos se sienten inseguros de salir de sus casas. Los homicidios dolosos superan los 200,000 en lo que va del sexenio, la estrategia de seguridad que encabezan es prácticamente nula, puesto que apuestan por la pura presencia pero no disuaden de la comisión de los delitos y además ahora nos encontramos ante su inminente paso a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual si bien es cierto en operación, adiestramiento, administración, ya operaba de manera castrense.
También es cierto que las promesas de campaña de regresar al Ejército a los cuarteles, quedan más abandonadas que nunca, con las consecuencias que esto provoca: Violación a los Derechos Humanos, 39% en cada detención que realiza la Guardia Nacional, contra 34% de parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Efectividad de un tercio, parte de las detenciones comparadas con las que realizan las policías estatales, a pesar de contar con miles de elementos, así como lo difícil que les resulta a los elementos castrenses que forman parte de la Guardia Nacional, el poder tener la proximidad social que tienen las policías estatales y municipales, lo que les impide conocer de cerca el fenómeno delictivo y social de las comunidades, mismo que serviría para inhibir el aumento en la comisión de delitos, lo cual, estamos seguros, seguirá incrementándose a pesar de los esfuerzos del gobierno por hacernos creer que no, mientras utilizan el aparato militarizado para sus propios intereses.