Monreal y AMLO: Promover el desacato judicial
Sorprende, por decir lo menos, que Ricardo Monreal Ávila, el coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, haya pedido públicamente al Instituto Nacional Electoral (INE), que desacaten una orden judicial, emitida por un juez federal con asiento en Colima, para iniciar el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros, en el año 2025, tal como lo dispuso la reforma al Poder Judicial aprobada como ya se sabe, justo antes de las Fiestas Patrias.
¿A dónde nos están conduciendo? ¿Cómo debe interpretarse ahora la división de poderes y dónde ha quedado instalada la autoridad?
Al mismo tiempo que un diputado federal (por más coordinador que sea de la fracción mayoritaria que encima, tiene la mayoría calificada para aprobar cualquier reforma que se proponga) pide que el INE entre en desacato, es el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador quien aprovechó su mañanera para desacreditar a éste y a todos los jueces, magistrados y ministros que se manifiestan en contra de las disposiciones de la reforma judicial.
Con sus acusaciones el presidente López Obrador corrobora los temores que se manifestaron públicamente contra la reforma judicial.
“Corruptos”, los llama. “No tienen facultades”, insiste. “Se resisten a la transformación”, lanza con la certeza de que son más los que simpatizan con él, que con los jueces o magistrados que están en contra.
Precisamente de esa actitud suya es que se señaló a la reforma judicial: acaba con la autonomía de los poderes y concentra el poder en uno solo de los tres poderes, el Ejecutivo.
Andrés Manuel López Obrador es el único que tiene autoridad ahora. Es el único que aprueba y reprueba; es el único guía para quienes son líderes en otros poderes. Ninguna opinión puede estar en su contra, porque de inmediato es aplastada, desechada y descalificada.
Otra vez… ¿hay corrupción, nepotismo, privilegios que ofenden en el Poder Judicial? Sí.
El dilema no consiste en encontrar a los “santos” que puedan tener autoridad moral para puedan entonces juzgar qué se hace con los integrantes del Poder Judicial. Es absurdo buscarlos, porque la autoridad moral es en este momento una concesión que regala López Obrador… sólo a los que están de acuerdo con su plan, con su visión única, con su postura vengativa y de revancha.
La historia lo ha demostrado antes (porque el mexicano no es el primer pueblo que se enfrenta al descontento con sus autoridades judiciales), y la respuesta no es darle el poder a un solo hombre o encumbrar a quienes puedan ser considerados con autoridad moral y libres de falta. La solución consiste en radicar los problemas respetando las leyes y estableciendo instituciones que se prolonguen en el tiempo y no estén atrapadas por el poderoso en turno.
Los múltiples defectos en el Poder Judicial deben resolverse uno por uno; aplicando castigos apegados al Derecho y revisando las reglas que deben modificarse cuidadosamente. Es un trabajo largo y cuidadoso, pero confiable.
La receta del obradorato y la 4T, con sus argumentos reduccionistas y populares, revanchistas, pretende resolver cortándolo todo de tajo y aplicando la ley del más fuerte. No hay sustento en ello; el resultado será peor.
Afortunadamente, en el INE los consejeros aclararon, sin hacer caso de los gritos presidenciales y las torcidas recomendaciones de Monreal: esperarán la notificación judicial, observarán cuáles son las razones jurídicas y determinarán qué hacer juntos, colegiadamente, en el Consejo General. Si aún queda un poco de juicio, posiblemente sea de los consejeros electorales.
P.D.:
A propósito de la elección de jueces que sólo aplica en Bolivia.
¿Cómo evaluar que Evo Morales haya levantado a sus seguidores para ir contra el presidente que surgió de su movimiento y fue su aliado por años, Luis Arce? ¿Es el futuro que le espera a Morena y que aplicarán en México?
