Estrenamos presidentes municipales

Apenas ayer domingo se cerró un episodio que había generado incertidumbre y cantidad de rumores: en sesión del pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral federal, se desechó la impugnación que había presentado el candidato José María “Chema” Martínez, con la intención de que se anularan y repitieran las elecciones por la Presidencia Municipal de Guadalajara. El fallo judicial consolida lo que se había producido en la jornada electoral del 2 de junio pasado: Ganó Verónica Delgadillo y será la primera presidenta electa de la capital de Jalisco.

No es cosa menor, porque si bien se celebra que a la presidencia de la república llega la primera mujer en 214 años de nuestra historia, Guadalajara tendrá su primera alcaldesa electa ¡después de 482 años de historia! Casi cinco siglos.

Mención aparte merece el hecho de que la mujer está ya totalmente empoderada en el ejercicio de los cargos públicos en nuestro país y en el Estado. Ellas están en todas partes: como gobernantes, titulares en el Poder Judicial y en los congresos, ya sea el federal o los estatales. Ocupan cargos de primerísimo orden en los gabinetes de gobierno, en los organismos electorales y de Derechos Humanos. Podría decirse, para cerrar este paréntesis, que el siguiente paso para la mujer mexicana es ganar más espacios, protagonismo y poder de decisión, en el espacio económico, en el ámbito empresarial y en las cúpulas organizadas de este sector fundamental. Es historia que se abordará después.

Regreso al tema de Guadalajara y su presidenta municipal, para recordar porque es de vital importancia para los jaliscienses: este lunes 30 de octubre rinden protesta los nuevos gobiernos de los 125 municipios de Jalisco.

A partir de mañana, 1 de octubre, empieza lo verdaderamente importante después de un larguísimo período electoral: el ejercicio de gobierno.
Los jaliscienses todos, cada cual en su municipio de residencia, o su municipio de trabajo, o su municipio de tránsito, requieren y urgen a que se presten los servicios de todos los días: Queremos seguridad, agua, recolección de basura, alumbrado público, servicios de salud, apoyo en el tránsito, en el transporte público, en las carreteras y los caminos. Queremos acompañamiento policíaco, caminos, calles, avenidas y carreteras en buen estado; necesitamos servicios municipales más eficientes y amables; trámites más ágiles y menos engorrosos; menos burocracia y más sentido común.
Parece obvio, pero de tanto decirlo y tanto ver que no se cumple a cabalidad, esa realidad ha perdido vigencia: vivimos en los municipios y son las autoridades municipales las que más grata o indeseable, pueden hacer la vida de las personas.

Un dato importante: a dos meses de concluir su gestión, el gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, presentó en el Congreso del Estado una iniciativa para que se autorice una bolsa de endeudamiento público para todos los municipios. El tope son mil 692 millones de pesos.

La medida es elemental: las nuevas administraciones municipales necesitan recursos para iniciar su operación; deben tener dinero para pagar los servicios más elementales (energía eléctrica para el alumbrado en las calles y edificios públicos, recolección de la basura, operación de sus servicios de bomberos y primeros auxilios, por ejemplo) y también para cubrir los sueldos y prestaciones de sus trabajadores.

El municipio, así en general, sigue siendo una figura de gobierno rezagada, poco atendida y siempre dependiente, tanto del gobierno estatal como del gobierno federal. Sus gobernantes carecen de muchas características que les permitan tener mejor desempeño.
Inicia otro período de gobierno municipal. Veremos dónde será más de lo mismo, dónde mejoran y lamentablemente, dónde empeoran.