A partir de la pandemia, el nearshoring tomó fuerza como estrategia empresarial, ante la fractura de las cadenas de suministro, el incremento en el costo de los fletes marítimos y contenedores, aunado a ataques a buques cargueros en el Mar Rojo; los problemas de falta de agua en el Canal de Panamá y los problemas que la guerra de Rusia contra Ucrania, generan en el Mar Negro y el Canal de Kerch.
El nearshoring es la estrategia de relocalización de líneas de producción o procesos de negocios en países cercanos o fronterizos con el mercado meta, en el que se aprovechan también las mismas zonas horarios y la afinidad económica, política y cultural y los bajos costos de mano de obra, materia prima y transporte.
Por está razón se consideró que México sería muy atractivo para las empresas que buscaban relocalizar sus procesos productivos, y que México podría capturar el 40% de dichas inversiones al ser el principal socio comercial de Estados Unidos, además de que el 56% de las exportaciones mexicanas están integradas en cadenas globales de valor y que México tiene la tercera participación más alta dentro de la OCDE en dichas cadenas globales de valor.
Los ojos estaban puestos en México, pero los problemas relacionados con el crimen organizado, la inseguridad, la insuficiencia en el abasto de energía eléctrica, el estrés hídrico y recientemente la aprobación de las reformas constitucionales al Poder Legislativo, no han permitido que se concreten dichas inversiones por parte de los extranjeros.
Si bien es cierto que los mexicanos aumentaron la construcción de bodegas y parques industriales con 50 nuevos parques industriales en estados del Norte y del Bajío, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados A.C. (AMPIP), la verdad es que la llegada de nuevas inversiones es cada vez menor.
Sin embargo, en el sexenio de Peña Nieto (EPN), la Inversión Extranjera Directa acumulada hasta el segundo trimestre de su último año de gobierno fue de 203 mil 50 millones de dólares, y en el mismo período de López Obrador (AMLO) fue de 200 mil millones de dólares lo que significa una contracción del 1.7% (con cifras oficiales de la Secretaría de Economía).
La llegada de nuevas inversiones en el sexenio de AMLO fue un 12.7% menos que con EPN en el mismo período, la reinversión de capital pasó de un crecimiento sexenal de 78.3% con EPN a 43.4% con AMLO, y las cuentas con la matriz pasaron de un incremento sexenal de 83% con EPN a una contracción del 61.1% con AMLO.