Seis migrantes fueron abatidos a tiros la noche del martes por soldados mexicanos que los habrían confundido con presuntos delincuentes en una carretera del estado de Chiapas, en el sur del país, informó este miércoles la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Cuatro de los migrantes fallecieron en el lugar del incidente, mientras que otros dos murieron cuando eran atendidos en un hospital de la zona, reportó la Sedena.
El martes, la vocera de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) expresó a la flamante mandataria que están “preocupados por el papel cada vez más importante que han asumido los militares en la seguridad pública y otras funciones de aplicación de la ley”.
El grupo de 33 migrantes viajaba en un convoy de tres camionetas. Había ciudadanos “de nacionalidad egipcia, nepalí, cubana, hindú, paquistaní”, agregó la Sedena sin precisar el origen de los fallecidos.
La Cancillería de Perú informó posteriormente que un ciudadano de ese país también está entre las víctimas, según información brindada por su par mexicana, y condenó “enérgicamente” el hecho.
En un comunicado difundido en X, agregó que exigirá a las autoridades mexicanas “una urgente investigación que esclarezca y determine las responsabilidades del condenable acto”.
La oficina en México de ONU-DH también expresó “preocupación” por el crimen y recalcó los “grandes riesgos” que enfrentan los migrantes.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 20H50 locales del martes (02h50 GMT) en una carretera localizada a unos 80 kilómetros de la frontera de México con Guatemala, donde los militares efectuaban labores de reconocimiento terrestre.
Una de las camionetas “iba a alta velocidad” y “al ver al personal militar se evadió”, mientras que las otras dos eran “como las que usan grupos delincuenciales en esa región”, explicó la secretaría en el comunicado.
“Personal militar manifestó escuchar detonaciones, por lo que dos elementos accionaron su armamento” haciendo que los vehículos detuvieran su marcha, agregó.
Reportes de la policía local indican que los militares persiguieron al convoy durante varios kilómetros y que uno de los vehículos salió del camino intentando burlar a los soldados sin éxito.
La Sedena reportó que otros 10 migrantes resultaron lesionados, mientras que los 17 restantes salieron ilesos y fueron entregados al Instituto Nacional de Migración.
Agregó que los dos soldados que dispararon “fueron separados de sus funciones” y por tratarse de un hecho donde se vieron afectados civiles, fueron denunciados ante la fiscalía general mexicana.