El reto de la seguridad digital y la privacidad

Según la firma SonicWall, en 2023 México ocupa el sexto lugar en ataques de ransomware a nivel mundial y conforme al estudio, en América Latina el 65% de los encuestados en México frente a los riesgos de ciberseguridad, reconocieron que sus compañías encontraron un aumento en las vulneraciones de seguridad informática en comparación con años previos, lo que representa un panorama desafiante.

Además, hoy en día las ciberamenazas pueden afectar a cualquiera. Baste reflexionar sobre el alcance bélico que se está mostrando en Medio Oriente al hacer los ejércitos uso de tecnologías ya sea con drones, explosiones remotas o la utilización de dispositivos para dañar a personas de manera selectiva, cuestión que era impensable anteriormente. Junto a ello, hemos presenciado también un aumento significativo en la conciencia sobre la importancia de la seguridad digital y la cultura de privacidad, pero hay todavía un largo camino por recorrer.

México, como economía líder en América Latina, se ha convertido en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. El robo de datos y el fraude en línea han aumentado de manera alarmante y esto se debe en parte a la rápida digitalización de nuestra sociedad, que no siempre ha ido acompañada de las medidas de seguridad necesarias.

El sector público también tiene su propio conjunto de dificultades que superar. Aunque los gobiernos están tratando de hacer que sus sistemas sean más seguros, todavía hay muchas ocasiones en las que se roba información importante de organizaciones estatales; véase el caso Guacamaya Leaks. Así, cuando la información personal se maneja mal, no sólo pone a las personas en riesgo, sino que también se pierde la confianza en las instituciones.

Las leyes de Datos Personales atienden parte de este problema, al exigir cumplir con el deber de seguridad e imponer medidas, de acuerdo con el riesgo que tienen los tratamientos de datos personales, pero ponerla en práctica todavía es complicado en instituciones públicas y privadas. Esto lo ejemplifica el dato del INAI de 2023, cuando sólo 22% de los sujetos obligados federales cumplen con tener documento de seguridad.

Pero por otro lado, a nivel local hay datos que prueban que se está fortaleciendo la ciberseguridad, como en el Estado de México, donde se ha logrado un cumplimiento del 80% en sujetos verificados, además de que hay cada vez más preocupación social, y ejemplo de ello es el debate público sobre nuevas leyes y reformas en la materia.

Por parte del ciudadano común, no se trata sólo de comprar dispositivos sofisticados, sino también de educar a las personas sobre cómo usarlos y asegurarse de que todos comprendan su importancia. Desde los niños hasta los adultos, deben aprender cómo mantener segura su información en línea y comprender los riesgos de los ataques cibernéticos.
Para concluir, el futuro de la ciberseguridad en México y el mundo, por lo tanto, dependerá de nuestros esfuerzos por crear una cultura donde todos comprendan y valoren la seguridad digital; que haya profesionales suficientes y preparados, y que haya autoridades fuertes que supervisen y pongan en orden a las empresas y administraciones estatales.