¿GOLPE DE ESTADO?
Qué trancazo le dieron ocho ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que votaron a favor de estudiar la constitucionalidad de la “reforma judicial” que justo ahora sigue en controversia, ya sin Andrés Manuel López Obrador en la presidencia. Es el gran tema del momento, más que la agenda que pretende instalar la nueva presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Lo que viene es una discusión nacional porque de entrada, las ministras “obradoristas” Lenia Batres y Yasmín Esquivel reaccionaron que se trata de un “golpe de Estado constitucional”. El asunto está ardiendo.
APLAUDEN A LA CORTE
Quienes de inmediato aplaudieron la aprobación del estudio de la “reforma judicial” fueron los trabajadores en paro del Poder Judicial Federal. Y ya se sumaron otros personajes, como los senadores Clemente Castañeda y Alejandro “Alito” Moreno, que apenas ayer quedó confirmado como presidente casi vitalicio del PRI. El jalisciense Castañeda advirtió que no hay ningún golpe de Estado y que es propio de la Suprema Corte revisar si el Constituyente se equivocó en la reforma atentando contra la Constitución. En tanto, “Alito” advirtió que todos los senadores del país deben revisar lo que está pasando y no dejar pasar, porque el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros, no debe continuar mientras no se resuelva si la reforma es válida o no.
¿QUÉ DIRÁ DESDE SU RANCHO?
Este momento, el de la discusión sobre si se aplica o no la reforma judicial, es preciso para observar dos cosas: La primera, ¿Andrés Manuel se mantendrá ajeno y observará qué se resuelve desde su rancho? Y la segunda, ¿la presidenta Claudia Sheinbaum dejará actuar libremente a los ministros de la Suprema Corte o se arrebatará como su antecesor con “otros datos” para imponer la reforma? Al fin que ya el coordinador de diputados de Morena, Ricardo Monreal, le exigió desde la semana pasada al INE que desacate las órdenes judiciales para bloquear la elección de jueces y magistrados.