Y bien, ¿qué era la histeria y quién Martín Charcot, paladín del método biomédico? ¿Y qué tiene que ver con la gente común este embrollo del descubrimiento del lado psicológico de la salud-enfermedad?
Desde tiempos de Hipócrates se creía que síntomas tan diversos como el dolor de cabeza repetitivo, la sensación de ahogo, la falta de fuerza, ataques convulsivos repetitivos (hoy epilepsia), parálisis de las extremidades, crisis emocionales y mucho más, eran producidos porque el útero (hystera, matriz) andaba “suelto” dentro del cuerpo de las mujeres, perturbando los órganos. Esta teoría quedó descartada cuando Pierre Briquet (1796-1881) concluyó que la histeria ocurría también en hombres y que se debía a alguna alteración de una parte del encéfalo que “recibía los afectos”.
Así que la matriz o útero dejó de ser culpado de la histeria. Pero “seguramente debería de haber algún tipo de tumor cerebral o algo así”. Martín Charcot (1825-1893), alumno de Briquet se propuso encontrar las lesiones cerebrales que deberían estar presentes en las personas “histéricas”, y las pensaba localizar haciendo autopsias en sus cadáveres (el método clínico-anatomo-patológico explicado en la entrega pasada).
Pero Charcot no pudo encontrar lesiones demostrables en estos pacientes. Así las cosas, “la histeria le abrió un agujero a la ciencia positivista”, debido a que el método clínico-anatomo-patológico basado en esa visión científica no pudo corroborar su teoría de que toda enfermedad clínica está basada en una alteración en los órganos o tejidos del cuerpo (a lo que se denomina patología).
Como buen científico, Charcot siguió investigando y observó que los traumas físicos graves como los que ocurrían en la industria y los ferrocarriles de la época (amputaciones accidentales y otros graves accidentes) producían en los obreros el mismo tipo de síntomas que la histeria (parálisis, pérdida del habla, evasión de la realidad, insomnio crónico, miedo extremo, etcétera). De esta manera, Charcot dedujo que si los traumas físicos causaban histeria, entonces los histéricos sin historia aparente de trauma físico severo deberían haber sufrido traumas de este tipo pero no podían recordarlos. Y aquí da el salto hacia lo subjetivo buscando en los recuerdos y cambia a un método intersubjetivo, la hipnosis para hacer sus famosas regresiones en auditorios repletos de médicos curiosos. Pero lo que Charcot encontró en sus experimentos fueron relatos de ¡abuso sexual obtenido bajo hipnosis! (Noten que la ciencia dio un salto de calidad cuando la hipótesis de la base patológica resultó ser falsa).
Y aquí entra en la historia el conocido médico austriaco Sigmund Freud, quien atendió clases con Charcot, y que en conjunto con Joseph Breuer creó el concepto de “trauma psíquico”, es decir que las vivencias del pasado podrían causar efectos tan intensos en la mente-cuerpo como si ocurrieran en el presente, aunque las personas no las recordaran. Charcot así, en mi opinión, mostró las limitaciones de la biomedicina y abrió el fascinante mundo de la relación entre los niveles biológicos, psicológicos y sociales… ¿o qué si no, es el abuso sexual?
¿Qué infiero de este hecho fundamental en la historia de la medicina?
Mi interpretación es que Charcot dejó de lado el paradigma de la realidad solo objetiva cuando no fue eficaz el método clínico-anatomo-patológico y abordó la subjetividad de los recuerdos de las personas con un método propio de la intersubjetividad –la hipnosis– y aunque su hipótesis de que debería existir un trauma físico resultó incorrecta, abrió el camino para el estudio formal de la subjetividad humana, de los procesos mentales que ocurren fuera de la conciencia.
Genial ¿no? Tal es el potencial de la medicina cuando asume que la realidad es tanto objetiva (física apreciable por los órganos sensoriales), subjetiva (procesos psicológicos), intersubjetiva (lo interrelacional) y en momentos muy especiales es de orden espiritual (aquí vista como conexión, armonía con el universo todo). La participación de estos niveles de la realidad en medicina es verdadera en mi opinión, es decir tienen existencia; veremos anécdotas en la siguiente entrega.
¿Qué tiene que ver la columna de hoy con la medicina y con la gente común?
Primero, que la hipnosis que tardó un siglo en consolidarse desde Franz Mesmer, y que sumada al conjunto de las explicaciones teóricas de Briquet-Freud demostraban que los humanos podemos separar la conciencia de las sensaciones corporales. Y esto es tan cierto al punto de que en tiempos modernos se han podido hacer cirugías importantes en personas hipnotizadas y sin anestesia alguna.
Segunda consecuencia, los estudiantes de medicina desde hace 124 años por lo menos, son instruidos solamente en biomedicina, por ende los médicos no pueden ver más allá de ella si no aprenden por su cuenta. Tercero, que persiste en la enseñanza médica el concepto de “paciente somatizador” nuevo nombre que adquiere en la biomedicina la antigua histeria. La denotación “somatización” deja implícito que el paciente genera sus propios síntomas, lo que confunde lamentablemente “somatizar” con fingir síntomas.
Hace 100 años la medicina psicosomática pronosticaba que la psiquiatría y la medicina general se fusionarían en una sola lamentablemente no fue así. La medicina general fue abandonada, aunque su nombre persiste en los títulos de los egresados, yo uno de ellos. ¿Cómo le afecta a usted estimado lector el relato de hoy? Usted tendrá sus historias; yo le platicaré algunas anécdotas de mis vivencias. Esta historia continuará.
Referencias:
• Amoruso, L., & Bruno, M. (2010). Breve revisión de la primera conceptualización freudiana sobre la histeria. Perspectivas en Psicología, 7, 45-52.
• Cardona-Quitian, E. H. (2012). El tratamiento de la histeria a finales del siglo XIX y el agujero de la ciencia médica. Desde el Jardín de Freud (12), 293-310.
La hipnosis se generó a partir del estudio de las curaciones que Franz Mesmer hacía en grupos de histéricas bajo el supuesto equivocado de que reestablecía el equilibro del fluido vital que venía del magnetismo universal y que cada animal tenía. Se pudo saber que había un trance hipnótico producto de la disposición a ser hipnotizado, la sugestión, tacto corporal específico y fijar la atención dirigida por el hipnotizador. https://quierotv.mx/2024/09/28/medicina-para-la-enfermedad-o-medicina-para-la-persona.
• Facco, E., Pasquali, S., Zanette, G., & Casiglia, E. (2013). Hypnosis as sole anesthesia for skin tumor removal in a patient with multiple chemical sensivity. Anaesthesia, 68, 961-965. doi:10.1111/anae.12251.
• Weiss, E., & English, O. S. (1949). Psychosomatic medicine. Philadelphia.: W.B. Saunders Company.