Jenna Ortega es una de las actrices más destacadas en el medio cinematográfico y el ámbito de las redes sociales por su participación en el papel de Wednesday, en la segunda parte de la aclamada película de Tim Burton, “Beetlejuice 2”.
En una entrevista con InStyle en 2021, Jenna confesó: “Elimino Instagram de mi teléfono probablemente dos veces por semana. Trato de alejarme lo más posible, pero es difícil porque ahora es como se conectan los jóvenes”.
Esto nos hace entender la importancia de seguir el objetivo de tus ideales y permanecer firme ante las exigencias de un mundo dominado por las redes sociales, donde la conexión digital parece ser la nueva normalidad. La joven actriz se ha convertido en una voz refrescante y desafiante. Con apenas 22 años, Ortega no solo ha destacado en la industria del entretenimiento, sino que también ha sido firme en su postura sobre los riesgos y desafíos que presentan las redes sociales para el bienestar personal.
Jenna Ortega nos recuerda que gran parte de lo que se muestra en las redes no es auténtico ni siempre saludable.
Vivimos en una era donde la validación externa se mide en likes y comentarios, y donde la comparación constante puede desgastar nuestro sentido de identidad y autoestima. Ortega sugiere que debemos tomar las redes sociales “con cuidado”, algo que aunque parezca simple, es cada vez más necesario en nuestra sociedad hiperconectada.
Sin embargo, Jenna no solo critica las redes; también las utiliza de manera positiva para causas en las que cree profundamente. Ha promovido el apoyo a los inmigrantes, la aceptación hacia la comunidad LGBT y ha usado su voz para luchar contra la discriminación. Desde muy joven, Ortega ha demostrado que se puede usar la influencia de las redes para el bien común, mostrando un equilibrio entre presencia y propósito.
Esto nos lleva a una nueva reflexión: ¿Cómo estamos usando nuestras plataformas digitales? ¿Estamos realmente conectando o simplemente compitiendo por la atención? La autenticidad como la que Jenna promueve, se ha vuelto un bien escaso en estos espacios donde todo parece filtrado y editado. Es un recordatorio de que podemos y debemos ser más conscientes de lo que consumimos y compartimos.
La propuesta de Ortega, que incluye prácticas de autocuidado como eliminar Instagram de su teléfono con regularidad, debería ser un modelo a considerar. Nos invita a pensar en nuestras propias rutinas digitales y a reconocer cuándo es momento de desconectarnos para reconectar con nosotros mismos.
Así que, la próxima vez que te encuentres atrapado en el ciclo interminable de las redes, pregúntate: ¿Realmente esto es lo mejor para mi bienestar?
La invitación está hecha. Usemos las redes con propósito, con autenticidad y sobre todo, con cuidado. Como Jenna Ortega, seamos conscientes de nuestra presencia en el mundo digital y reflexionemos sobre cómo impacta en nuestra vida real.