Un despido injustificado ocurre cuando un empleador, de manera unilateral, decide terminar la relación laboral sin una causa justificada prevista en la ley, o cuando no notifica al trabajador el motivo de la rescisión.
En esta situación, es recomendable acudir al Centro de Conciliación Laboral, donde recibirás asistencia gratuita para resolver el problema mediante un proceso de conciliación donde te escucharán y analizarán tu caso. Si no llegas a un acuerdo con tu empleador, los representantes legales adscritos a la Procuraduría de la Defensa del Trabajo te proporcionarán asesoría jurídica sin costo alguno. Ellos te explicarán tus derechos, los plazos de prescripción y te ayudarán a elaborar tu demanda, acompañándote durante el proceso jurisdiccional. También puedes optar por contratar a un abogado particular, cubriendo los honorarios correspondientes.
La ley ofrece al trabajador, en caso de no llegar a un arreglo con su empleador, dos alternativas principales: solicitar la reinstalación en su puesto o demandar una indemnización.
Si eliges la indemnización y obtienes una sentencia favorable, el empleador estará obligado a pagarte tres meses de salario (indemnización constitucional), la prima de antigüedad, las partes proporcionales del aguinaldo, vacaciones y prima vacacional, además de otras prestaciones vigentes en el contrato o alguna otra que no se encuentre en sus cláusulas pero que se demuestre se te haya otorgado de manera continua. Este conjunto de pagos busca resarcir el daño causado por la pérdida injustificada del empleo.
Por otro lado, si decides luchar por tu reinstalación y la sentencia te favorece, el empleador estará obligado a reintegrarte a tu puesto, además de pagarte los salarios que debiste haber percibido desde la fecha del despido, así como todas las prestaciones devengadas.
La reinstalación, contrario a lo que algunos piensan, no implica un nuevo contrato ni un cambio en las condiciones laborales. Consiste en devolverte a tu puesto anterior, con las mismas funciones, responsabilidades y prestaciones que tenías antes del despido. La ley intenta restablecer el equilibrio que fue roto por la acción injustificada del empleador.
No obstante, en algunos casos el empleador se niega a cumplir con la reinstalación. En estos supuestos, la ley prevé una compensación adicional: el pago de veinte días de salario por cada año trabajado, sumado a la indemnización constitucional.
Es importante recordar que como trabajador tienes un plazo de dos meses desde la fecha del despido para presentar una demanda. Por ello, actuar con rapidez y con el asesoramiento adecuado es esencial para proteger tus derechos laborales.
Conocer tus derechos y los pasos a seguir puede marcar la diferencia entre recibir una indemnización justa, obtener la reinstalación en tu puesto o garantizar el pago de todas las prestaciones a las que tienes derecho. Ya sea que enfrentes un despido o una renuncia, es fundamental asegurar que se respeten tus derechos conforme a la ley.