Dentro del mundo del espectáculo y el entretenimiento, el ser una figura pública puede dejar algunos estragos que encaminan muchas veces a historias un tanto alejadas al sueño prometido.
Hablar de fama llega a ser el sueño para alcanzar de muchos quienes pretenden buscar caminos hacia el poder, admiración o probablemente sólo encaminarse a brindar su talento y pasión a los demás.
Son múltiples los ejemplos dentro del mundo artístico que han terminado en historias fatales. Celebridades reconocidas mundialmente como Whitney Houston, Elvis Presley, Amy Winehouse y ahora el cantante ex integrante de One Direction, Liam Payne, todos involucrados con un mal manejo de situaciones emocionales que terminaron de una manera fatal y con elementos de adicciones de por medio.
Para muchos, la fama llega a ser sinónimo de soledad, inestabilidad emocional y otros tantos problemas psicológicos.
El fallecimiento de uno de los rostros más queridos de la última generación, implica un fuerte mensaje para aquellos jóvenes, adolescentes, e incluso nuevos referentes del mundo artístico.
El fallecimiento de Liam Payne pudiera conducir a la reconsideración de la fama y a la importancia del acompañamiento y enfoque a la salud mental, que puede alejarnos de la verdadera felicidad.