La reunión Lemus-Sheinbaum

Una cosa lleva a otra. Es inevitable. Apenas se consumó el cierre del ciclo electoral con la confirmación del Tribunal Electoral en favor de Pablo Lemus como gobernador, y ahora la atención está puesta sobre el acercamiento entre el gobernador electo de Jalisco y la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo. Ante la insistencia de las preguntas, la versión más reciente apunta a que el encuentro entre ambos tendría lugar en 10 días a más tardar.

Ya no se trata de un asunto judicial ni depende de ningún marco legal. Es un tema enteramente político. El encuentro entre Lemus y Sheinbaum tiene como objetivo iniciar un diálogo que se pretende, beneficie el ejercicio administrativo tanto del gobierno de ella en Jalisco, como del gobierno de él en el Estado.

En un país como México, el comportamiento de los políticos, y sobre todo de quienes son titulares del Poder Ejecutivo (presidenta y gobernador), es tan influyente que incluso puede incidir en la economía general. Usos y costumbres mexicanos. En sociedades de otras latitudes, sobre todo en aquellas donde las instituciones están consolidades y las leyes aplican de manera cotidiana, los comportamientos de personajes políticos pasan a un término casi nulo. No es nuestro caso.

Por ello, sí es importante que haya un encuentro entre el gobernador y la presidenta. Sí es importante que se imprima a su relación, aunque sea meramente formal, el entendimiento y la concordia que se espera entre el representante de Jalisco y la representante de la nación.

Que exista una comunicación fluida y correcta entre los dos, puede no aportar gran cosa. Pero que haya nula comunicación entre ambos, puede generar perjuicios considerables para el Estado y sus habitantes, sobre todo en el entendido de que la presidenta ostenta facultades para definir políticas públicas, aplicación de presupuesto y apoyos específicos a necesidades que se generen en el Estado.

El desencuentro y aún, el enfrentamiento entre el gobierno estatal y el gobierno federal, lo tenemos “fresco” en la memoria, cuando en su etapa inicial de gobierno, el todavía mandatario Enrique Alfaro Ramírez declaró una confrontación a la administración federal encabezada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. No hubo ningún beneficio, sino todo lo contrario. Ese camino no nos conviene.

Se han realizado varias declaraciones que ya forman parte del imaginario popular. Se citan para configurar lo que se espera en términos positivos:

• Seré el gobernador favorito de la presidenta Claudia Sheinbaum, dijo Pablo Lemus.
• Los jaliscienses decidieron en las elecciones que la ganadora de la presidencia es Claudia Sheinbaum, y el ganador de la gubernatura es Pablo Lemus. El mandato ciudadano es que dialogue y se concilien las visiones políticas de ambos, han dicho varios analistas.

Que el gobernador sea recibido y reconocido por Claudia Sheinbaum no implica que un problema se haya resuelto. Significa que se abre un canal de diálogo respetuoso y formal entre dos autoridades con funciones y obligaciones específicas.

Ambos, por su investidura y su representación, están obligados a dejar de lado sus simpatías y preferencias personales. Deben comportarse como gobernantes democráticos, con agenda, objetivos y urgencias permanentes.
El encuentro conviene por el bien de todos.