Estamos a pocos días del llamado “supermartes” que nos dará a conocer al ganador de la campaña presidencial en los Estados Unidos de América y enfocándonos en los hechos que analistas y politólogos registran por estos días durante el proceso de la campaña presidencial en los Estados Unidos, el candidato que ofrece menos garantías para un mejor funcionamiento de nuestra economía y que mantiene una narrativa ofensiva para México, es Donald Trump.
No existen bases para respaldar que sus discursos anti-México, pronunciados al calor de la campaña, serán matizados en caso de obtener el triunfo. Recordemos que lo prometido por Trump durante su presidencia del 2016 al 2020, fue cubierto en su agenda de trabajo y no parece que vaya a cambiar mucho. Donald Trump tal como se conoce, no tiene filtros para gobernar.
Anticipemos esto: De ganar la elección, una de sus primeras acciones será la revisión del Tratado de Libre Comercio firmado por México con los Estados Unidos y Canadá, mismo que lleva operando desde 1993 en tiempos del expresidente Salinas y Bush Padre.
Trump siempre ha sostenido que las cláusulas favorecen más a nuestro país y que desprotegen al trabajador americano promedio.
De tal modo que para ejercer presión, ha desempolvado su principal amenaza de que utilizará los aranceles para noquear comercialmente a sus socios y a quienes no lo son. Repite en cada meeting con sus seguidores: “Soy el hombre de los aranceles”.
El arancel, que es un impuesto o gravamen que se aplica solo a los bienes que son importados o exportados, impondría grandes cargas a las familias de ingresos medios o más bajos y no reduciría el déficit comercial además de perjudicar a la manufactura estadunidense. En una palabra, la acción arancelaria unilateral impulsada por Trump, causaría serios estragos al fracturar el sistema de comercio mundial, pues habla de aplicarnos una tasa del 20% y a China, a quién también tiene en su mira, le aplicaría hasta un 60% en sus productos.
Para muestra un botón. Elon Musk ha suspendido la edificación de su megafábrica de Tesla en Nuevo León y ha decidido impulsar la carrera del republicano otorgándole 75 millones de dólares para su campaña en vez de enfrentársele; incluso le ha devuelto al magnate, su cuenta de la red social X.
El problema del deslizamiento peso-dólar, que nos tiene dentro de una montaña rusa, se le atribuye a Trump, pues cada vez que ofrece un discurso que nos involucra, el dólar escala incluso muy por encima de la afectación que pudo habernos impactado el Plan C de AMLO, el expresidente mexicano.
Para el diseño de escenarios, el factor que debemos tomar en cuenta es lo que sucede en la política norteamericana, en concreto en el war room de Trump, que sumado a lo que pasa en México con las reacciones a las reformas, nos da como resultado una formula desestabilizadora que nos presenta como mejor opción a Kamala Harris, la demócrata californiana que se percibe nos daría mayores oportunidades de desarrollo económico.
Ya falta poco… en dos semanas lo sabremos.
Seguimos en conexión.