Alarmante situación se está viviendo en la Liga MX y es que la afición al futbol mexicano está harta de la toma de decisiones de sus dirigentes, lo que ha provocado un total divorcio entre la fanaticada y el balompié, y están abandonando las tribunas de los estadios de la mayoría de los equipos nacionales.
Suspender el torneo, reprogramar partidos, jugar cualquier día, a cualquier hora, elevar los costos de las entradas, quitar el ascenso y descenso, son solo algunos de los aspectos fundamentales que han propiciado la falda de identidad e interés de la gente por regresar a las tribunas de los estadios, y eso sin tomar en cuenta el pobre nivel futbolístico y el mediocre sistema de competencia, donde solo hasta el final de la temporada regular y obviamente en la Liguilla, vemos verdaderos partidos de futbol, con intensidad y entrega total de los jugadores y entrenadores.
Hoy, el bicampeón América sufre por llevar a su gente al graderío; claro, está jugando en otro estadio, Ciudad de los Deportes y no en el Azteca. Pero ahí mismo, la Máquina Cementera del Cruz Azul, líder del actuar torneo, mantiene el mejor promedio de entradas en todo el país, reflejando que cuando hay calidad, la afición responde.
Hoy por hoy, el futbol mexicano no tiene calidad, o cuando menos no la suficiente para hacer de este deporte un espectáculo que atraiga a la gente, que la incentive a pagar por un boleto, y es sumamente preocupante que ni con la pasión que existe en nuestro país por el futbol pueden tan siquiera mantener un promedio de entradas aceptables para observar el espectáculo.
Hoy por hoy, la afición se siente traicionada, dejada, violentada, estafada. Lejos están esos días cuando sabías que tal día y a tal hora jugaba el equipo de tus amores, cuando en los calendarios estaban marcados tus partidos importantes, cuando no importaba de dónde conseguirías el dinero para poder ir con tu familia, y comprar la playera de tu ídolo (otro factor para no tener más afición), dejar cualquier compromiso social por apoyar tus colores, tu escudo…
Gracias, gracias señores directivos, señores dueños, señores jugadores, señores técnicos. Gracias porque por sus intereses egoístas y mezquinos han dejado de ver por el activo más importante de su club: LA AFICIÓN.