El calendario avanza y la reunión del gobernador electo de Jalisco con la presidenta de México no se da. En la oficina de prensa de Pablo Lemus, dicen que siguen esperando fecha y que ya hay contacto con la secretaría particular, mientras que en la de la presidencia dicen que en la agenda pública no hay nada aún confirmado.
¿Es grave? Pues grave, lo que se dice grave… no. Ahora, tomando en cuenta que en política la forma es fondo, es decir, que los hechos significan; es una señal negativa. No es que se vaticine una relación complicada entre Pablo Lemus y Claudia Sheinbaum, o que en automático se vislumbre un trato diferenciado (en negativo) hacia los estados donde no gobierna Morena; eso el tiempo lo ha de decir y sobre ello ya escribiremos.
Lo que claramente se infiere es que la pauta en la relación entre ambos personajes la define la presidenta. Ella es quien decidió no recibir al gobernador electo hasta que se resolvieran las impugnaciones en tribunales; agotado el asunto y ratificado el triunfo por los magistrados de la Sala Superior, ella es quien no reaccionó con algún comentario, publicación en redes o alguna deferencia hacia Pablo Lemus; es ella quien no prioriza en su agenda un intercambio de palabras, aunque sea breve. ¡Vaya!, recibir al gobernador electo de Jalisco no le es prioritario.
Reitero, es el mensaje implícito el que genera suspicacias. Ambas figuras fueron elegidas por mayoría de votos, es decir, en democracia; ese concepto al que continuamente se alude en el discurso presidencial para validar las decisiones, acciones, reformas y lo que sea que tenga que ver con el Gobierno Federal o con Morena (y aliados) en las Cámaras o al frente de gobiernos estatales.
En ese mismo ánimo de poner a la democracia en posición superior, es necesario que se reconozcan los espacios que vía electoral ganan los partidos de oposición, porque también representan a ciudadanos y eso es lo que a su vez valida a la democracia misma: el reconocimiento de la pluralidad.
Pablo Lemus insiste en que no busca polarización, contraste o pelea con Claudia Sheinbaum o su gobierno, y esa es una decisión sabia ya que los números en lo político y en lo económico no están a su favor. En unos días rinden protesta los integrantes de la Legislatura LXIV en el Congreso de Jalisco donde Morena y aliados tienen mayoría simple; respecto a lo económico, es necesario tener partidas presupuestales desde la federación para lograr las obras que prometió en campaña.
Esas obras forman parte de lo que Pablo Lemus busca exponer en la reunión con Claudia Sheinbaum y que según dijo el 17 de octubre, ocurriría “en 10 días”, de esos ya pasaron 7 y ayer se sumaron 10 días más. Aumenta pues el plazo de espera para que la presidenta les de audiencia.