Actualmente, la interacción humana está mediatizada en gran parte por plataformas y las redes sociodigitales son parte importante de nuestro ecosistema social. La imagen que proyectamos en línea adquiere una relevancia crucial y esto es especialmente cierto para las nuevas generaciones y para personas cuya imagen profesional depende de proyectarse por esos medios para mantener y acrecentar su carrera profesional y relaciones personales.
La gestión de nuestra imagen digital es sumamente relevante, ya que no solo puede convertirse en un acto de afirmación de nuestra propia dignidad, sino en una extensión de nuestra identidad, además de expresar quiénes somos o pretendemos ser.
Ahora bien, las redes sociales se han esforzado en tratar de moldear nuestras reacciones y generar cada vez más opciones de interacción y visibilización, ya que es un lugar donde se ejerce poder y éste da la posibilidad de crear y manipular la percepción que se tiene de nosotros e incluso ajustar la percepción que se tiene sobre otros; un “like” o un mal comentario, bastan para desencadenar una oleada de opiniones o generar vacíos que marcan a muchas personas.
Los derechos a la imagen y el de protección de datos personales, están protegidos en diversas legislaciones internacionales, sin embargo, en la era de los algoritmos y la vigilancia digital, este derecho se ve amenazado de manera sin precedentes. Las empresas que gestionan plataformas y redes sociales, tienen acceso a una vasta cantidad de información personal, desde imágenes hasta comportamientos, que podrían con el uso de inteligencia artificial ser manipulados para afectar la reputación de cualquier individuo.
Entonces, ¿tenemos verdadero control de nuestra imagen digital? El acceso a información personal puede ser una herramienta de control desproporcionada sobre la que nosotros mismos estamos cediendo la facultad de poder y control sin saberlo. ¿Han notado que ya hay plataformas en donde podemos dejar notas o “huellas de voz” públicas? Esta es una llave más de acceso hacia nuestra identidad.
La carta de derechos de la persona en el entorno digital del Sistema Nacional de Transparencia, refiere que toda persona tiene derecho a decidir sobre el uso de su propia imagen digital, sobre las representaciones o manifestaciones gráficas de la misma y los usos o finalidades que se pretenda dar, la explotación no consentida de su imagen o datos puede tener consecuencias graves en su reputación y, por ende, en su dignidad.
Las plataformas tienen responsabilidad ética y legal de proteger la información personal; deben implementar medidas de seguridad robustas y transparentes que protejan a los usuarios, pero la responsabilidad comienza por nosotros mismos hacia el manejo de información no propia y ajena, ya que la negligencia puede llegar hasta casos de violencia digital, corriendo el riesgo de afectar la dignidad de otras personas, solo con un click.