Calaverita en México: ¿Cuándo y cómo se pide?
La tradición de pedir calaverita tiene su origen en la cultura mexicana con una influencia del “Halloween” estadounidense
Cada 2 de noviembre, México se viste de color y tradición para celebrar el Día de Muertos, una festividad que honra a aquellos que han partido.
Una de las costumbres más entrañables de esta celebración es la de “pedir calaverita”, una actividad protagonizada por los más pequeños que se ha convertido en un símbolo de la conexión entre los vivos y los muertos.
El origen de la tradición de pedir calaverita se remonta a la época prehispánica, donde las culturas indígenas ya realizaban rituales en honor a sus antepasados. Sin embargo, la forma actual de esta costumbre se consolidó durante el periodo colonial, cuando las creencias indígenas se fusionaron con las tradiciones católicas traídas por los españoles.
Pedir calaverita se lleva a cabo en comunidades de todo México, donde niños y adultos se visten con disfraces de calaveras, y recorren las calles pidiendo “calaverita” o “muertitos”. La frase, que puede sonar a rima, se traduce en un llamado a la generosidad: si los “vivos” no ofrecen algo, los “muertos” pueden llevarse a los que piden; esta broma ligera refleja la relación lúdica que se tiene con la muerte en la cultura mexicana, donde se busca celebrar y no temerle.
¿Cómo se pide calaverita?
Los niños, a menudo acompañados de sus familias, se agrupan en pequeños grupos. Con un par de versos preparados o una simple estrofa que exprese su deseo de recibir dulces, golosinas o pequeños juguetes, recorren los barrios.
Si bien la tradición de pedir calaverita hace alusión a la celebración mexicana del Día Muertos, el 2 de noviembre, ésta tiene la influencia de la celebración estadounidense del “Halloween”, ya que los pequeños salen a las calles la noche del 31 de octubre, al igual que quienes se disfrazan de diferentes personajes para pedir “dulce o truco”.
En algunas regiones, incluso se entonan canciones o se llevan calaveras de papel maché como parte del ritual. Las casas que reciben a los pequeños, a su vez, suelen adornar sus ofrendas con calaveritas de azúcar y otros elementos que hacen alusión a la muerte, integrando así a los “vivos” en el festejo.
El intercambio de dulces y golosinas se convierte en un acto de comunidad. Es una forma de recordar a los que ya no están y compartir alegría en un contexto de nostalgia. Las familias también aprovechan para contar historias de sus seres queridos, manteniendo vivo su recuerdo a través de la risa y la tradición.
Pedir calaverita es una manifestación cultural que reafirma la importancia del Día de Muertos en México.
