Hoy es jueves de sesión de pleno en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y rompiendo toda expectativa, no será hoy la fecha en la que se discuta la inconstitucionalidad de algunos de los cambios que incluyó la Reforma Judicial.
La expectativa comenzó a partir de que el ministro Luis González Alcántara Carrancá hizo público el proyecto de sentencia surgido a partir de las demandas de acción de inconstitucionalidad presentadas por partidos de oposición respecto a la Reforma Judicial. En el proyecto se propone declarar como inconstitucional algunos aspectos, pero “valida” otros.
Por un lado, propone declarar constitucional (es decir válido, viable, correcto de acuerdo a los marcos de la Constitución Mexicana) el que los ministros de la SCJN, los magistrados del Tribunal Electoral y los que vayan a integrar el Tribunal de Disciplina Judicial sean elegidos mediante voto popular (significa que también validan la creación de este último); por otro lado observa como inconstitucional la elección por esta misma mecánica de jueces y magistrados tanto de nivel federal como locales.
El proyecto de sentencia del ministro González Alcántara también evitaría la remoción masiva de estos últimos a quienes tendrían que respetarles sus salarios hasta que dejen el cargo, pero sí aplicarían reducción de percepciones y extinción de fideicomisos para los futuros, los que lleguen después por el método de selección habitual previo a la reforma.
Hay chismecillos, cotilleo, comentarios así en los pasillos de las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y –claro está– el Judicial, de que este proyecto es uno de los últimos esfuerzos que se harán por quienes hoy integran la SCJN para solucionar la crisis política en la que se encuentran los Poderes de la Unión y en los que se basa la soberanía mexicana.
El asunto radica en que ya la sola existencia del proyecto está exacerbando el conflicto, mientras que los ministros deciden tomárselo con calma y programar para el martes 5 de noviembre la discusión; Ricardo Monreal, coordinador de la poderosísima (y servilísima) bancada de Morena en la Cámara de Diputados declara que no acatarán lo que decidan los ministros.
Entonces, ¿el asunto es desestimar, no escuchar, invalidar ideas distintas a las que se autopermita Morena o su líder?
Ya en lo futuro cercano hablaremos también del famoso “juez sin rostro” que de entrada contraviene a tratados internacionales a los que México está adherido.