El próximo 5 de noviembre concluirá el largo y complicado proceso electoral en Estados Unidos, cuando sus ciudadanos salgan a elegir al nuevo o nueva ocupante de la Casa Blanca, a una gran parte de los miembros del Congreso Federal y a centenares de representantes populares en los estados.
Si bien las votaciones ya han comenzado y hoy viernes suman poco más de 50 millones de sufragios emitidos, el gran cierre será el próximo martes sin olvidar, desde luego, las etapas en las cuales se calificará la elección hasta el 6 de enero.
De cara a esa cita, van algunas reflexiones sobre asuntos claves que debemos tomar en cuenta para comprender mejor este proceso.
1.- Un elemento que vino a trastocar sustancialmente el proceso electoral fue el cambio de jinete demócrata a media carrera. La popularidad de Joe Biden no daban mucho margen para pensar en un triunfo y la clase política de su partido encabezada por Barack Obama, Michelle Obama, Hillary Clinton y Bill Clinton, dieron un manotazo en la mesa para obligar al presidente a desistir de su aventura en busca de la reelección. Los focos estaban al rojo vivo y no había tiempo que perder. Sin duda, fue uno de los momentos más importantes de la campaña que sacó de su estrategia discursiva a Donald Trump y los republicanos.
No obstante el beneplácito por Kamala Harris, el aumento en la intención del voto demócrata llegó a su límite hace algunas semanas y lo que se veía como un triunfo más holgado para Kamala, hoy muestra otra cara.
2.- No perdamos de vista el voto latino y su peso específico en la jornada electoral. Si bien, los latinos no representan un sufragio monolítico, sin duda tendrán una importancia central al menos en los siete estados bisagra. Un aspecto que no debemos olvidar es que, aunque históricamente los latinos se decantan más por apoyar al Partido Demócrata, en esta elección Trump ha logrado cosechar apoyos importantes de esa comunidad que lo han colocado como el candidato republicano con el mayor respaldo latino desde los tiempos de Ronald Reagan.
3.- Una de las principales claves de la elección serán los llamados estados bisagra, a saber: Arizona, Georgia, Pensilvania, Michigan, Carolina del Norte, Nevada y Wisconsin, que en conjunto representan 93 votos en el Colegio Electoral, de un total de 538. De este universo, en Nevada, Wisconsin y Michigan, Harris lleva una ligera ventaja; en Georgia, Arizona y Carolina del Norte, las encuestas favorecen a Trump. Frente a este escenario, Pensilvania y sus 20 votos electorales se significa como la joya de la corona donde las encuestas marcan un empate entre ambos contrincantes.
4.- A lo largo de la campaña las fuertes discusiones sobre el derecho de las mujeres al aborto, así como el que Trump sea convicto, fueron perdiendo peso en la arena electoral. El republicano optó por decir que el aborto es un asunto que debe ser decidido por cada estado con lo cual buscó no enfrentarse a los votantes de estados demócratas y tranquilizar a la población de los estados republicanos. Por su parte, Kamala no logró penetrar entre la población contraria al derecho al aborto y únicamente reforzó su posición en comunidades donde de suyo lleva ventaja. El tener un candidato declarado culpable por un jurado, al final de la jornada pesó muchísimo menos de lo que sus contrincantes pronosticaban; lo mismo terminó sucediendo con el atentado que sufrió el republicano que lo colocó arriba de muchas encuestas por algunos días para reducir su apoyo más adelante.
5.- Desde luego, el genocidio del gobierno de Israel sobre los palestinos de Gaza ha sido uno de los elementos que ha puesto en jaque la campaña de Kamala. No solamente las decenas de protestas estudiantiles en universidades de Estados Unidos durante varias semanas, sino también los abucheos y las interrupciones que cotidianamente escucha en sus mítines, así como las amenazas de la comunidad de origen musulmán en estados como Wisconsin e Illinois, que ha amenazado con no votar por los demócratas por el abierto apoyo de Biden a Israel. Esta circunstancia ha impactado más a Kamala que a Donald, por la simple razón de que la demócrata hoy es parte del gobierno.
6.- Además de la lucha por los estados de los llamados Muro Azul, Cinturón de Óxido y Cinturón del Sol, tenemos el Cinturón bíblico conformado por Oklahoma, Misisipi, Tenesí, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Luisiana, Alabama, Georgia, Arkansas, donde no solamente Trump arrasó en las elecciones pasadas, sino que la población, de mayoría cristiana protestante, cree que Trump ha sido “enviado por Dios” para ser presidente. A no dudar, estos territorios serán los grandes graneros de sufragios republicanos.
7.- Hoy por hoy, la sociedad estadunidense se encuentra inmersa en una gran polarización política que amenaza con descarrilar el proceso electoral. No son menores ni sutiles las diferencias existentes en la comunidad, por el contrario, representan un serio peligro para alcanzar el final de la jornada con tranquilidad política y social. En ello tendrá que ver mucho las acciones y discursos que realicen ambos contrincantes la noche del 5 de noviembre.
8.- ¿Qué pasa si empatan? Aunque no hay muchas posibilidades de que eso suceda, en caso de presentarse echarán mano de la Enmienda 12 para que sea la Cámara de Representantes la que elija al inquilino de la Casa Blanca y la de Senadores haga lo propio con la elección del vicepresidente. Hace doscientos años que eso no sucede en la Unión Americana.
9.- Por vía de mientras, la moneda ya está en el aire, aunque no sabemos si terminará de caer o se mantendrá suspendida poniendo en vilo a la sociedad y democracia estadunidense, en caso de que alguno de los contendientes se niegue a reconocer su derrota y aliente a sus huestes a la movilización social y al rechazo de los resultados.
Al tiempo.