Evo Morales
El expresidente Evo Morales aumentó la presión sobre el gobierno de Bolivia, al declararse en huelga de hambre después de que sus partidarios tomaran varios puestos militares y retuvieran al menos a 20 uniformados en el marco de la protesta que iniciaron el 14 de octubre.
Morales es investigado penalmente por un caso de estupro que él niega y que sus seguidores denuncian como parte de una “persecución judicial y política” del gobierno de Luis Arce, exministro del líder indígena de 65 años.
La crisis se profundizó este viernes, cuando indígenas y demás campesinos “tomaron por asalto tres unidades militares, reteniendo como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas”, según denunció Arce en redes sociales.
En un video difundido por la prensa boliviana, se ve a 16 militares rodeados de campesinos que blanden palos con la punta afilada. “Nos han cortado el agua, la luz, nos han tomado como rehenes”, se escucha decir a un uniformado.
Los destacamentos, donde según Arce irrumpieron “grupos armados afines a Evo Morales”, están en la región cocalera del Chapare, en el departamento de Cochabamba, en el centro de Bolivia.
En principio se informó oficialmente de un regimiento ocupado por manifestantes.
Una fuente de Defensa, que habló bajo reserva con la AFP, precisó que en el lugar hay “una veintena” de retenidos entre oficiales y soldados.
Este viernes el gobierno envió a las Fuerzas Armadas para que apoyen a la policía en el despeje de las carreteras bloqueadas por los afines al expresidente.
Morales, entretanto, se declaró en huelga de hambre.
“Para priorizar el diálogo, voy a iniciar una huelga de hambre hasta que el gobierno instale (…) mesas de diálogo”, aseguró en una conferencia de prensa.