El 6 de junio de 1944 es recordado dentro de la historia mundial como el Día D, fecha en la que las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial desembarcaron en las playas de Normandía para dar inicio a la operación Overlord y la liberación de Europa de manos alemanas.
El esfuerzo que los Estados Unidos, Inglaterra y Rusia, realizaron para que la invasión se mantuviera en secreto, requirió el establecimiento y posterior coordinación de los llamados War Room, asiento de las mentes más brillantes de la época, que impulsaron las acciones militares más audaces.
La anterior práctica motivó años después, a los asesores políticos de los sesenta para implementar esta metodología, tal comando militar, para impulsar las campañas políticas norteamericanas con un único objetivo: Obtener el triunfo. El War Room monitorea encuestas, analiza datos, desarrolla el mensaje, responde los ataques hacia su candidato y realiza una logística detallada (minuto a minuto), para el llamado Día D que se lleva a cabo en la fecha de la elección, que en el caso de los Estados Unidos, será mañana 5 de noviembre.
Tanto Donald Trump como Kamala Harris, llegan al cierre de la campaña teniendo intensas jornadas en donde han llegado a invertir hasta 93 millones de dólares en publicidad para seducir a los votantes indecisos de Carolina del Norte, en un escenario de absoluta paridad en dicho estado y que se mantiene en los otros seis, que definirán la carrera hacia la Casa Blanca; nos referimos a Nevada, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Georgia.
Otra de las claves para obtener el triunfo en el Supermartes, se materializa en el cortejo hacia el segmento latino a través de un detallado pautado de mensajes que difunden la reducción de los precios de la vivienda y los bajos costos de medicamentos y alimentos que animan a esta población para acudir a las urnas. Mención aparte merecen los consultores políticos Chris La Civita acompañado de Susie Wiles por el bando de Trump, y Brian Nelson con David Plouffe, asesores de Harris, que este fin de semana dieron el banderazo para poner en práctica las tácticas para la movilización de unos 218 millones de ciudadanos habilitados en todo el país que en realidad escogen al Colegio Electoral, organismo conformado por un total de 538 electores provenientes de todos los estados, incluyendo Washington D.C.
Recuerde amigo lector que en Estados Unidos, el candidato ganador necesita 270 de los precisamente 538 delegados que conforman el colegio electoral. No gana quien obtiene el voto popular.
El resultado de la campaña presidencial más cerrada de la historia de los Estados Unidos en pos de la Sala Oval, modificará todo el tablero geopolítico del planeta. Lo comentaremos la próxima semana.
Seguimos en conexión.