En una verdadera democracia, donde la gente puede castigar o refrendar su amor por un proyecto, y en un México en el que la llamada Cuarta Transformación no desestimó recursos para tratar de pintar de guinda todo el país, es aún más valioso el legado de Enrique Alfaro: un proyecto político que resiste a tsunamis porque tiene cimientos fuertes que son gobiernos de resultados.
Sin duda, la elección del 02 de junio de este 2024 nos dejó muchas lecciones, pero también reafirmó que el proyecto político que inició hace más de una década en Tlajomulco, tiene claros sus objetivos, y no sólo eso, sino que tiene respeto hacia sus liderazgos, cohesión, unidad y organización, que incluso reconocen otras fuerzas políticas como principales fortalezas de Movimiento Ciudadano.
El carácter fuerte de Enrique Alfaro Ramírez fue una gran virtud que se ganó el respeto de la gente que lo eligió como gobernador de Jalisco, porque representaba la mejor opción contra los partidos tradicionales e implementó un nuevo modelo de gobierno que llevó a Jalisco a ser ejemplo a nivel nacional en muchos aspectos.
Los programas sociales también se implementaron en Jalisco y uno muy exitoso fue el de útiles escolares. Pero como lo dijo el gobernador en su sexto informe, su gobierno no se limitó a una política asistencial, sino que fue más allá, a generar condiciones que favorecieran el crecimiento económico para que Jalisco redujera la pobreza al doble de rápido que en el resto del país.
Hubo momentos también difíciles, en los que sus enérgicas decisiones fueron muy cuestionadas y que hoy, al paso del tiempo, hemos aplaudido como las muy oportunas medidas contra el Covid-19 o la defensa de los recursos para el Estado con el Pacto Fiscal.
Sin duda, Enrique Alfaro es un personaje que levanta pasiones pero lo que nadie puede negar es que tiene el carácter para defender a Jalisco, para dar la cara por las y los jaliscienses y eso, lo agradecieron las y los ciudadanos en las urnas, al elegir a otro gobernador de Movimiento Ciudadano para el siguiente sexenio.
Así pues, el amor de las y los jaliscienses por los buenos gobiernos quedó refrendado en la pasada elección, en una contienda en la que predominaron las violaciones a la ley por parte de Morena, el dispendio de recursos desde el centro del país para querer comprar simpatías, las mentiras y montajes para tratar de debilitar un proyecto fuerte que le apuesta a la buena política, a la conciliación y a la disciplina de una estructura que fue armando Enrique Alfaro hace 15 años.
Hoy los buenos resultados que presenta al cierre de su sexenio nos dejan con la satisfacción de que estamos del lado correcto, que Jalisco no se equivocó hace seis años y que seguiremos escribiendo esta historia que comenzó a escribir Enrique Alfaro, enfrentando la adversidad con orgullo y su legado.