Jalisco resulta en tercer lugar nacional en cuanto a la captación de remesas, es decir, después de Guanajuato y Michoacán, es Jalisco el Estado que más dinero recibe de los mexicanos que viven fuera del país.
Los resultados forman parte del informe del tercer trimestre que publica el Banco de México respecto a la captación de remesas, el llamado dinero fresco que entra directo a los bolsillos de familiares de migrantes y sin el que –hay que decirlo– no podrían sostener los gastos cotidianos.
El informe señala que entre julio y septiembre de este año se alcanzó un récord para Jalisco al ingresar mil 450 millones de dólares por concepto de remesas, incremento del 0.72% (10 millones de dólares) respecto al trimestre anterior; el aumento es mayor si se compara con el mismo trimestre del 2023, significa 4.95% más. En números redondos, en lo que va del año, Jalisco ha captado cuatro mil 094 millones de dólares en remesas.
¿A qué viene al cuento recordarlo ahora? Bueno, el asunto es que –ya en escenario nacional–, 96 de cada 100 dólares que ingresaron a México bajo el concepto de remesas procede directamente de migrantes en Estados Unidos, el país del Norte con el que –vía acuerdos comerciales– se sustenta el 80 por ciento del dinero generado por la exportación de productos hechos o producidos en México.
Es clara la dependencia económica y clara también la complejidad que pudiera venir a partir de lo ocurrido en el llamado super martes: el triunfo electoral de Donald Trump y su regreso a la presidencia de Estados Unidos. Algunos expertos aseguran que la complejidad se da no más allá de la retórica, es decir, el estilo discursivo chantajista, de embate, amenazante. ¿Será solo eso?
Yo no dejo de recordar aquella amenaza de Trump en 2019 en la que además del aumento de aranceles (amenaza que repitió el fin de semana pasado, ya casi para cerrar campaña) figura la búsqueda de algún mecanismo para frenar el envío de remesas a México; aquello generó tensión con el gobierno del páter de la 4T, Andrés Manuel López Obrador y derivó en una de las primeras órdenes hacia la Guardia Nacional: contener la llegada de migrantes en la frontera con Centroamérica. La acción devino del discurso, es decir, no fue solo retórica.
Lo apunto para que luego no nos quedemos con el puro buen deseo como respuesta. El “va a haber buena relación” que dijo la presidenta de México Claudia Sheinbaum tras la amenaza (reiterada) de aumentar aranceles si no hay mayor control migratorio y combate a cárteles de la droga, depende de las acciones que se tomen a partir del diagnóstico estadounidense, no del propio.