El mercado cambiario a nivel mundial es sumamente especulativo; el objetivo es comprar monedas baratas y venderlas caras. Los analistas estiman que las operaciones especulativas oscilan entre el 90 y el 95%, de hecho, es el mercado más grande y líquido del mundo, mucho más grande que el mercado de acciones, de mercancías y de otros instrumentos financieros.
En este mercado se buscan las ganancias cambiarias, y se aprovecha cualquier diferencia de precios, cualquier evento que mueva el precio del dólar, euro, yen, libra esterlina e incluso de monedas de países emergentes, entre ellos el peso, el yuan, el won coreano, el real brasileño y el rublo, monedas que se están internacionalizando y las que se denominan monedas globales.
Así, el precio de estas monedas emergentes es sumamente sensible a todo tipo de noticias como, por ejemplo: los avances o retrocesos de una guerra como la de Rusia vs. Ucrania, los efectos catastróficos de un huracán, sequía, terremoto; el incremento o descenso en la inflación de dos socios comerciales claves; si la Reserva Federal subió o bajó su tasa de interés de referencia al igual que la del Banco Central Europeo o el Banco de Japón; las declaraciones de Donald Trump sobre subir los aranceles, los resultados de una elección presidencial, e incluso las declaraciones de un potentado como Elon Musk, etcétera.
En el mercado de divisas no hay ganar-ganar y siempre habrá ganadores y perdedores, y para ello algunos ejemplos aplicados al caso mexicano:
Si el peso se fortalece de forma que el precio del dólar pase de $20 pesos por dólar a $16 pesos, los perdedores son:
1. Los exportadores que facturan en dólares y que por cada dólar recibirán menos pesos.
2. Las zonas turísticas que por un lado atraen menos turismo extranjero porque sus dólares compran menos pesos, y hay otros países con otros lugares con moneda depreciada, de forma que cada dólar compra más.
3. Las personas que reciben remesas o envíos desde el extranjero.
4. Las empresas mexicanas con sucursales en el extranjero, como Bimbo o Cemex que, al repatriar sus ganancias, intercambian dólares por menos pesos.
5. Empresas trasnacionales instaladas en México cuyas inversiones les alcanzan para menos mano de obra, materia prima, etc., aquí en el país.
Mientras que los ganadores son:
1. Los importadores que pagan menos pesos por cada dólar y pueden aprovechar la oportunidad para abastecerse de materia prima, comprar maquinaria y equipo en el extranjero.
2. Empresas como Pemex que tienen una enorme deuda externa y que por cada dólar pagarán menos pesos.
3. El propio gobierno mexicano cuya deuda externa es el 45% del total de la deuda pública y que en enero de este año totalizó 225 mil 298 millones de dólares.
4. Los mexicanos que pueden salir a pasear al extranjero pagando menos pesos por cada dólar, etc.
5. Los mexicanos en general porque se reduce la inflación, ya que el 90% de lo que importamos es materia prima, maquinaria y equipo.
Pero cuando el peso se deprecia, los perdedores se convierten en ganadores y los ganadores en perdedores, y es relativo decir que un peso fuerte es conveniente para la economía, ya que ello dependerá de quiénes son deudores y quiénes acreedores.
Finalmente, poder determinar si el precio del dólar va a subir o bajar es sumamente difícil, ya que el 80% de las transacciones peso/dólar se realizan en los mercados internacionales, pues el peso es una moneda global, y el 82% de dichas transacciones se realiza entre negociantes que no viven en México.