Hace unos días conmemoramos en Guadalajara el aniversario del escudo y el nombramiento de nuestro municipio como ciudad y en sesión solemne, el Maestro Enrique Ibarra Pedroza, secretario general del Gobierno del Estado, recordaba al jurista tapatío Mariano Otero quien consideraba que la buena política no es avasalladora sino de contrapesos que permitan llegar a acuerdos.
A diferencia de la Legislatura federal que tiene una mayoría absoluta de Morena, en Jalisco el Congreso local quedó integrado con representantes ciudadanos de diversas fuerzas políticas lo que, más que una debilidad, habla de la verdadera democracia que las y los jaliscienses ejercen al hacer un voto diferenciado que le da pluralidad a la integración de la recién instalada LXIV Legislatura.
Cualquier instituto político desearía tener la mayoría para lograr el control, pero la buena política de la que hablaba el Maestro Ibarra es justamente aquella en la que los actores tienen la capacidad de negociar y de llegar a la unidad en la toma de decisiones que es la que fortalece a las instituciones.
El ejercicio de reparto de comisiones que vimos hace unos días en el Congreso local es justamente de lo que hablamos, de la capacidad política de los diputados de todas las fracciones para ceder en algunos casos, y en otros conseguir lo que piden, en un equilibrio que permita a cada uno de los 38 legisladores ejercer su función de acuerdo a sus talentos para cada tema y respetando las jerarquías propias que las y los ciudadanos les dan a los partidos por el número de votos obtenidos.
Este ejercicio lo vivimos también hace un mes en el Gobierno de Guadalajara, con la integración del pleno del Ayuntamiento en el que participan también regidores de otras fuerzas políticas diferentes a Movimiento Ciudadano que fue el que obtuvo el mayor número de votos, porque el contar con voces de oposición nos abre la puerta al diálogo para poder llegar al consenso.
La pluralidad es entonces, la oportunidad que nos da la diversidad de fuerzas para que, quienes nos dedicamos a la política en el servicio público, tengamos la posibilidad de transformar nuestro entorno desde nuestro ejercicio público, tomando las mejores decisiones.
Cada nueva Legislatura y cada nueva administración, es una oportunidad más para que le demostremos a las y los jaliscienses que sabemos hacer política de la que nuestro Estado necesita para seguir haciendo grande a nuestra Ciudad y a Jalisco.