Se dijo así, tras el resultado electoral de junio pasado, y esa misma narrativa se ha mantenido en los meses que siguieron: Jalisco es un “Estado de resistencia” ante Morena. Algo así como que el triunfo de Pablo Lemus sobre Claudia Delgadillo significa el triunfo de Movimiento Ciudadano sobre la voracidad de Morena y su efectividad electoral en el resto de las gubernaturas que se jugaban.
No se resta mérito al resultado, pero sí conviene analizar la narrativa y contrastarla con la realidad pues no se trata de un triunfo total para el partido naranja, ni mucho menos se puede permitir realizar acciones de resistencia ante el poder del partido guinda; basta ver la conformación de la Legislatura que acompañará a Pablo Lemus en la primera parte de su gobierno.
Si bien, en solitario, Movimiento Ciudadano es el partido con el mayor número de diputaciones (11 en total), Morena es segunda fuerza con apenas dos espacios menos (9 diputados), pero que rápidamente aumenta a partir de sus pactos desde lo nacional con el Verde y el PT, cada uno con dos curules. Aún así, tampoco logra una mayoría simple.
A partir de las coincidencias en la manera de hacer política, resulta casi una jugada “natural” el que MC pacte con el PAN (que cuenta con cinco diputaciones), pero también insuficiente. El PRI (3 diputados) con su visión más pragmática y hasta artífice de la forma de hacer política en México, tampoco logra inclinar la balanza hacia alguna de las dos visiones mayoritarias.
Con este panorama, son los diputados de partidos locales, Hagamos (con tres curules) y Futuro (con dos espacios), más el diputado Alejandro Puerto (quien se asume como independiente) los que pudieran sumar hacia la búsqueda de alcanzar la mayoría simple: la mitad más uno.
Este es el escenario, que Movimiento Ciudadano o Morena busquen pactar con las diferentes coordinaciones de las bancadas y en esos pactos ceder un poquito o un muchito de control y poder, a según…
Entonces, ¿qué se hace? Se hace lo que se hizo. El reparto de comisiones como primera acción de la actual Legislatura, la LXIV, significó el pacto de arranque entre los dos “grandes”, aun sacrificando –momentáneamente– las posibles alianzas “naturales”, porque con ellos ya habrá forma de acordar después.
Así, en aritmética simple, la alianza con Acción Nacional no es en este momento la prioridad de MC; es fácilmente visto porque esa alianza fue con el MC de Alfaro; ahora estamos conociendo las formas y los modos del MC de Lemus.
¿Una resistencia blanda?